Incendio en la pradera del Perú

Disturbios en Huancayo. Foto: Archivo Policía Nacional Perú

En 1930, Mao Zedong criticó las ideas pesimistas de sus camaradas comunistas en su carta Una sola chispa puede incendiar la pradera. Este título puede aplicarse a la crisis peruana de la última semana por la falta de juicio político del presidente Castillo y sus ministros ante el incremento de los precios del combustible y de los alimentos, lo que motivó un paro nacional de transportistas.

Las estadísticas son malas para el gobierno. En solo ocho meses, nombró 4 gabinetes y 50 ministros de Estado; afrontó dos pedidos de vacancia y tiene una acusación constitucional; y varias investigaciones por corrupción de funcionarios. El segundo pedido de vacancia presidencial por incapacidad moral fue frustrado por los congresistas aliados al presidente, entre los que se identificó a los llamados «niños»: parlamentarios que presuntamente negociaron obras para sus regiones a cambio de apoyo político y réditos económicos. La acusación constitucional por traición a la patria fue promovida por actores sociales y políticos como Lourdes Flores Nano, Francisco Tudela, Fernán Altuve-Febres, entre otros, porque el mandatario pretende ceder territorio nacional a Bolivia y a sus partidarios socialistas del MAS. Y los implicados en los casos de corrupción, entre ellos, los sobrinos del mandatario, Fray Vásquez y Gian Marco Castillo, y su exsecretario Bruno Pacheco, se encuentran prófugos luego de que el Poder Judicial ordenara sus detenciones.

Asimismo, la gestión del presidente es desaprobada por más del 70% de los ciudadanos, pero cuando su ineptitud compromete a los bienes privados, motiva la huelga en las calles. En otras palabras, cuando las decisiones presidenciales perjudican la economía familiar de los peruanos, la desobediencia o la resistencia civil es legítima en las regiones del país. Precisamente, desde el 28 de marzo, el gremio de transportistas acata un paro indefinido en las principales regiones: Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cuzco, Junín, Loreto, Piura, Puno y Trujillo. Una causa es el incremento del precio de los combustibles. Entre los huelguistas se observa a muchas madres de familia reclamando por el precio alto de la comida y la falta de dinero.

Lamentablemente, las movilizaciones se radicalizaron en Huancayo el 01 de abril, cuna política del partido socialista Perú Libre, donde fallecieron tres personas, se saquearon comercios y se dañó la propiedad pública y privada. La «chispa que incendia la pradera» fue la declaración del presidente Castillo contra algunos dirigentes transportistas a quienes acusó de ser «pagados» para bloquear las carreteras. Por su parte, el secretario general del partido, Vladimir Cerrón, llamó «lumpen proletario» a quienes apedrearon su casa en esa ciudad. Si bien el mandatario se disculpó por sus injustas declaraciones, los huancaínos solicitaron su presencia y rechazaron la llegada de sus ministros a la mesa de diálogo. Hasta el momento, Castillo decidió no visitar al pueblo andino por temor a un atentado contra su vida o a sufrir los duros calificativos que sus ministros soportan en estos días.

Como resultado de este diálogo, el ministro de Economía, Óscar Graham anunció la reducción en 90% del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a los combustibles hasta el 30 de junio para mitigar también el precio internacional afectado por la guerra entre Rusia y Ucrania. Asimismo, presentarán un proyecto de ley al Congreso para reducir temporalmente el Impuesto General a las Ventas (IGV) a los alimentos básicos como el pollo, los huevos, la harina y los fideos. Y se aprobó el incremento de la remuneración mínima a S/ 1025 ($ 280 aprox.). Algunos analistas económicos observan esta última medida como populista por la falta de inversión privada, seguridad jurídica, empleo y consumo.

En estas circunstancias, la ausente prudencia política del presidente revela que la dicotomía burgués-proletario o rico-pobre es ilusoria para los peruanos, porque la población identifica al gobierno castillista como el principal responsable del incremento del precio de los alimentos y del desabastecimiento. Es propicio recordar la crítica certera del congresista y general EP(r) Roberto Chiabra contra las políticas del ex primer premier socialista Guido Bellido en agosto pasado: «Preocúpese mejor por cortar de raíz la inflación, porque cuando a las amas de casa les falte la plata para darles alimentos a sus hijos, se termina la revolución y el sueño de la patria grande».

Agencia FARO, Círculo Blas de Ostolaza. José Bellido Nina