Cada Viernes Santo se celebraba en Arequipa la tradicional procesión del Santo Sepulcro. Una imagen articulada y en tamaño natural del Cristo yacente, junto con la de Nuestra Señora de los Dolores, salía de la iglesia de Santo Domingo y recorría algunas calles del centro de la ciudad, al son del «Miserere Arequipeño» (musicalización local del salmo 50). Además, se tocaba marchas fúnebres como «A Morán» y «Al pie de la tumba», interpretadas por una banda marcial. Autoridades civiles, religiosas y militares participaban de la procesión.
En los años de 2020 y 2021, las procesiones de Semana Santa fueron canceladas a nivel nacional por los decretos de inamovilidad. A pesar de que se han dejado de aplicar tales medidas, no todas las procesiones volvieron a reanudarse. La Hermandad del Santo Sepulcro pidió que la procesión saliera e hizo denodados esfuerzos para su realización. Aun así, fue suspendida. No se alegó el motivo. Algo extraño en un país en que la pandemia parece controlada: los estadios de fútbol están casi llenos, las marchas políticas son permitidas, se puede comer en los cines y el transporte público tiene el aforo a máxima capacidad. Por ello, esta suspensión, sin motivo aparente, generó varios reclamos. Pese a todo, no se pudo sacar la imagen en su urna por las calles.
Ya que la imagen de Cristo no iba a salir, un grupo de fieles se reunió el Viernes Santo frente al templo de Santo Domingo, a las siete de la noche, llevando una cruz de madera por el mismo recorrido por el que iba el Santo Sepulcro, mientras una banda (de civiles) tocaba las tradicionales marchas fúnebres. A éstas se intercalaron oraciones, meditaciones de Viernes Santo y el infaltable «Miserere Arequipeño».
Inicialmente había unas veinte o treinta personas, pero al percatarse de la procesión se fueron sumando muchos peatones. De esta manera, llegó a haber unos doscientos fieles. Muchos transeúntes (entre ellos turistas) comenzaron a filmar la sencilla romería, que cada vez se hacía mayor. En algunos negocios (que lamentablemente estaban abiertos) consumidores y algunos trabajadores paraban sus quehaceres para ver qué procesión pasaba.
La cruz entró a la Plaza de Armas, pasó frente a la Catedral y los portales, realizando exactamente su tradicional recorrido al son de una música que todo arequipeño conoce desde su infancia. Ya cerca de las ocho y media, la procesión retornó al punto de partida: la calle frente a la iglesia de Santo Domingo. Se tocó una vez más la «Marcha a Morán» y se apoyó la cruz en la reja de la iglesia; varias personas que se habían unido a la procesión rezaron frente ella.
Algunos de los que estuvieron presentes manifestaron, una vez acabada la procesión, que no querían reemplazar la Procesión del Santo Sepulcro: tan solo querían honrar a Dios públicamente el Viernes Santo y expresaron su deseo de que el próximo año vuelva a salir la procesión más antigua de Arequipa.
A continuación, incluimos unos enlaces a unos videos de la procesión en la que participaron los fieles de Arequipa.
Agencia FARO, Círculo Tradicionalista Blas de Ostolaza. Jorge Pablo Martínez Díaz.