Amenaza de confinamiento navideño

AFP

El dos de noviembre, CNEWS Francia publicó unas declaraciones del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron. El presidente francés afirma que la celebración de la Navidad en familia dependerá del buen comportamiento de la población. Que será medido por los niveles de contagio de Covid-19.

Habría sido provechoso medir el impacto psicológico de esa proclama presidencial en la mente de los franceses más republicanos. Han estado años, toda la vida, en la creencia de ser adultos libres, gracias a las conquistas de su Revolución y a los valores de la República.

Los miembros del mundo hispánico no deben respirar aliviados. Estas excentricidades no suceden sólo allende los Pirineos. Las élites de todas las actuales democracias siguen ese principio hobbesiano. Los súbditos, aunque se les llame ciudadanos, deben aguantar cualquier medida del gobierno. Porque los gobernantes son los primeros garantes de la paz y el bienestar material.

Los discípulos de Hobbes 2.0 considerarán un subversivo peligroso a quien cuestione por qué la gestión de una pandemia no se basa en criterios estrictamente sanitarios. ¿Por qué son esencialmente policiales? Puede que quien se atreva a ignorar una prohibición a la celebración de la Navidad en familia sea un proscrito.

Otra sociedad y otro Estado con otros fundamentos son posibles. No se trata de inventar sus principios ni de ir a buscarlos a Marte. Se trata de recuperar los principios que han configurado nuestra civilización, ya dos veces milenaria. Principios que están probados, que no se deshacen como un azucarillo en los labios de estos gobernantes, cuando reparten carnets de ciudadanos adultos.

Ana Herrero SánchezMargaritas Hispánicas.