La justicia boliviana, controlada por el partido de gobierno, Movimiento Al Socialismo (MAS), condenó este viernes a la expresidente Jeanine Áñez a diez años de prisión, señalada como culpable del caso Golpe de Estado II. Además, condenó a Williams Kaliman, excomandante de las Fuerzas Armadas, y Yuri Calderón, excomandante de la Policía Boliviana.
De acuerdo al diario Los Tiempos, la sentencia se leyó durante la noche, después de cinco días de alegatos y nueve horas de deliberación de los jueces. El dictamen gozó de apoyo unánime por los tres integrantes del Tribunal Primero de Sentencia, Germán Ramos (presidente), Marco Antonio Vargas y Luis Avilez (jueces técnicos).
La Fiscalía, los acusadores, el Ministerio de Gobierno y la Procuraduría General del Estado alegaron que Áñez, la Policía y las Fuerzas Armadas coordinaron para la toma del poder en 2019 ipso facto, sin seguir el procedimiento indicado por la Constitución boliviana. Esto a pesar de que Áñez asumió el poder siguiendo las normas establecidas, luego de que renunciaran el vicepresidente del país, además de la presidente y el vicepresidente de la Cámara de Senadores, todos masistas.
A pesar de la sentencia, Áñez usó su derecho a la «última palabra» y cuestionó la impunidad a la que se dejó a Evo Morales por el fraude electoral de 2019. «En 2019, hubo una cadena de renuncias, pero con lo que no contaron fue que la segunda vicepresidencia de la cámara de Senadores era una miembro de la oposición, una mujer que estaba ahí, una mujer que no siguió esa cadena de renuncias como había instruido Evo Morales, que cobardemente huyó al país de México», aseveró.
Respecto a su asunción de la presidencia en 2019, Áñez explicó: «Me siento orgullosa y lo volvería a hacer si tuviera la oportunidad, lo volvería a hacer porque para eso a nosotros nos eligen en el Parlamento, para estar en las buenas y en las malas». Para terminar su intervención, la expresidente confrontó miembros del tribunal: «Ustedes van a dejar un legado de la ignominia, del abuso, un legado de la persecución política, pero nosotros no nos vamos a quedar acá, vamos a seguir en la vía internacional pero, sobre todo, me voy a quedar con la justicia divina, porque ésa es la que a mí no me falla».
Nuevamente, la justicia de nuestras republiquetas bananeras hispanoamericanas muestra su peor cara, callando contra los abusos de los gobernantes y arremetiendo contra los enemigos personales de estos. También contribuyó la debilidad de la derechita neocon boliviana, dispuesta a aferrarse al dogma de los derechos humanos y evitando castigar a la violencia masista desatada ferozmente en 2019.
Agencia FARO, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.