Saludos cordiales tengan todos los lectores de este este periódico católico La Esperanza, tratando de imbuirle del ánimo y júbilo relativo al tema que hoy se expone, que es la fiesta en honor de Santa María Magdalena.
A pesar de ser un personaje relacionado al dolor, al sufrimiento o la humillación esto no genera una contradicción con la alegría de las fiestas patronales sino todo lo contrario, una mayor exposición de los colores, entrega y viveza tienen los locales para celebrar a la Santa Patrona de su pueblo. Otro nombre con el que se conoce a esta festividad es «La Xiqueñada» debido a que es celebrada en el municipio de Xico, uno de los tantos Pueblos Mágicos del estado de Veracruz (Méjico), durante la segunda quincena del mes de julio.
Entre las festividades más representativas se pueden citar: La peregrinación encabezada por una efigie de Santa María Magdalena, que toma lugar en la calle principal del pueblo con destino a la iglesia; la decoración de las calles con manteles de aserrín de colores para mostrar hermosas y vivas imágenes hechos con gran pericia artesanal; el desfile de danzantes con máscaras de madera pintadas con formas de payasos y disfraces de telas holgadas y colores brillantes. También debemos de mencionar las distintas corridas toros a lo largo de los días en torno a la festividad, espectáculo que no podía faltar como en tantos otros pueblos que heredaron esta tradición de la madre patria España.
Por último, otro de los grandes atractivos es la exposición de los platillos típicos del pueblo, siendo los más representativos el Mole Xiqueño y los «toritos», bebidas alcohólicas que deben su nombre a que a que pueden ser altamente embriagantes. Están elaboradas con aguardiente de caña de azúcar, leche y fruta para agregar sabor. Recomendamos a los visitantes degustar los «toritos» más populares: el de Coco y el de Cacahuate.
Para cerrar este artículo, sólo podemos mencionar que Xico posee una de las fiestas patronales más esperadas en el estado de Veracruz. Y con justa razón, pues la cantidad de gente llega a experimentarla es apabullante, se crea un bullicio lleno de ánimo y júbilo que permite mantenerse en la memoria colectiva de los pobladores, tanto locales como pertenecientes a municipios cercanos.
Jesús Gómez Santana, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta.