Crónica del homenaje al Padre Jarauta, cura carlista terror de los yanquis

Un grupo de asistentes al acto

El pasado 30 de Julio los correligionarios del Círculo Tradicionalista Ce­ledonio de Jarauta, se dieron cita medio día en la Iglesia de San Cayetano de La Valenciana, suburbio de la antigua ciudad y Real de Minas de Santa Fe de  Guanajuato otrora uno de los centros mineros más ricos de la Nueva España, para honrar al héroe combatiente por la Santa Causa de Don Carlos y favor del Méjico Católico en la injusta y cruel invasión yanqui de 1847, Padre Celedo­nio Domeco de Jarauta, que da nombre a nuestro Círculo.

En un estupendo día soleado, se pronunció una encendida arenga patriótica en el atrio de la Iglesia de San Cayetano por parte de nuestro correligionario el pro­fesor Alexander Becker, en la que nos recordó los principios e ideales bajo los cuales vivió y murió el Padre Jarauta y las circunstancias a las que se enfrentó, que no son muy diferentes a las vividas en la actualidad. Nos exhortó a imitar su coraje y te­nacidad en la defensa de Dios, la Patria, los Fueros y el Rey legítimo,  para después ingresar al interior de la Iglesia, construida por Don Antonio de Obre­gón y Alcocer, Conde de la Valenciana, quien fuera propietario de la Mina del mismo nombre, que contiene tres magníficos retablos barrocos churriguerescos del siglo XVIII, bajo los cuales se rezó fervientemente el Santo Rosario patriótico en honor del Padre Jarauta cuyas intenciones fueron ofrecidas por la Restauración de la U­nidad Católica en todas las Españas, por S.M.C. Don Enrique V y por las nece­sidades personales de los correligionarios.

Tengamos presentes las palabras del Padre Jarauta a los habitantes de la ciudad de Méjico y que se pueden replicar a toda la Nueva España:

«Habitantes de la Ciudad de Méjico, despertad ya del peligroso letargo en que os halláis. Ved vuestra religión y cara patria sumergidas en la mayor de sus desgracias, esperando tan sólo el día en que sus valientes hijos se decidan a vengar el agravio que les hacen esos invasores ambiciosos, desmoralizados y crueles. Levantaos en masa y unidos a una sola voz clamemos: ¡Viva Méjico!, ¡Viva su Religión Católica!, ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva el Santo Papa! Que, por salvar a su patria y a su religión, vuelva el pueblo a echarse encima de los yanquis, aunque sea con sus puras manos. La muerte es preferible a esa apa­rente paz que les han impuesto, y que no hace sino acrecentar su ambición de despojo y diabólico orgullo. Este es el único medio de salvar a la Patria, a la Religión Católica y a nosotros mismos de los grilletes de la indigna esclavitud. Primero moriremos matando norteamericanos y gente norteamericanizada, que rendirnos a sus poderosas armas, a sus falsos dioses como el dinero y el “pro­greso”, y a sus falsos ofrecimientos de democracia».

Terminado el Rosario, los miembros y simpatizantes de nuestro Círculo se trasladaron al centro histórico de la ciudad de Santa Fe de Guanajuato, dónde pudieron recorrer sus coloridas y alegres calles, visitando los lugares más representativos, que aún conservan mucho de su arquitectura virreinal. La jornada, vivida en un ambiente de sana convivencia y hermandad, finalizó en un restaurante de comida típica local de la ciudad.

 Juan María de Calleja y Riaño,  Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta.