Una muy mala «Reacción»

El excandidato presidencial chileno, José Antonio Kast y los dirigentes de VOX/ Europa Press

Desde hace un tiempo, producto del octubrismo decadente, se han levantado desde la reacción, otras banderas de aquellos que se autoproclaman «patriotas», «nacionalistas», y gentes de otras índoles cuyo propósito-aunque laudable-adolece absolutamente de todo aquello que ellos mismos dicen propugnar.  Si a estas personas se les preguntara por labor de Sergio Onofre Jarpa, Guillermo Subercaseaux, Carlos Keller y, por supuesto, al gran Jorge Prat, desconocerían los más elementales principios rectores que postulaban estos hombres. Entre ellos: la unidad nacional; la democracia orgánica que permita al pueblo participar de los beneficios del desarrollo económico y social; modernización de las instituciones de la República; la dignidad humana.

Por falta de ídolos se recurre a otros que son de auténtico barro. Tal es el caso del modelo económico, cultural y social heredado del Régimen Militar. En este sentido, es quizás propio destacar lo expresado por el historiador Gonzalo Vial acerca de la pugna soterrada al interior del Régimen entre los partidarios de un nacionalismo más férreo y mejor entendido, versus los partidarios del modelo neoliberal, Chicago o Chicago-gremialista como le llaman otros.

De manera que la apelación de estos grupos «patriotas» adolece y carece de toda contextura y estructura la cual nunca ha estado enraizada en la historia nacional. Por esta razón el historiador Mario Góngora no trepida en llamar la atención al excesivo materialismo económico de la dictadura a partir del inicio de la década de los 80.

Por otra parte, estos grupos patriotas o nacionalistas beben de fuentes originadas en el seno de fundaciones, Think Tanks, supuestos Centros de Estudio, de carácter iconoclasta, muchas de ellas mundialistas en ciertas materias y otras, derechamente libertarias. Es de justicia señalar que el partido del candidato presidencial perdedor en la elección del 2021 se llama Republicanos. Todo ello muy «chileno». En el fondo esto refleja el desfonde de la derecha chilena.

Lo más grave de todo es que son pocos los que ven este peligro. Y son pocos, porque son muy pocos los que conocen nuestra bella historia nacional. De tal forma que el patriotismo señalado, es un patrioterismo invocando los conceptos de libertad, crecimiento, sociedad libre y otras palabrejas destinadas a solucionar los «problemas de la gente». Sin embargo, ellos mismos no trepidan en recurrir a la cultura de la cancelación para silenciar las voces que son manifiestamente contrarias a esta caterva de sloganes y frases pre-hechas.

Finalizo dándole la palabra al quizás mejor historiador del siglo XX de Chile: Mario Góngora. Ante la pregunta de la amenaza del comunismo y la abulia cívica del chileno él responde: «Un clima de seguridad, como si se hubiera conjurado para siempre el peligro comunista. Y esa sensación de seguridad ha sido fuente de un deterioro en la conciencia cívica del chileno. El mismo sentimiento de seguridad absoluta hizo que los chilenos se apegaran totalmente al bienestar económico, perdiendo la conciencia política». Esto dicho seis años antes que terminara el Régimen Militar.  

Nicolás Fernández Aranguiz, Círculo Tradicionalista Antonio de Quintanilla y Santiago