Las últimas declaraciones de Isabel Díaz Ayuso han dejado al descubierto el lado oscuro de uno de uno de los políticos más admirados y votados por amplios sectores del catolicismo conservador.
La presidenta madrileña fue preguntada recientemente en una entrevista en Onda Cero acerca del aborto. Sin ningún tipo de tapujo, afirmó que, en caso de que una menor quede embarazada, esta ha de informar a sus progenitores de la posibilidad de abortar, si bien la última palabra ha de tenerla siempre la menor. «No puedes obligar a nadie a llevar una vida contraria a la que has deseado». Si llegado el caso una joven adolescente «lo tiene claro», Ayuso ha opinado que tiene que «seguir adelante». «Yo creo que tiene que abortar, desde luego» afirmó Díaz Ayuso.
Hace menos de nueve meses se hizo viral entre muchos católicos un vídeo en el que Ayuso felicitaba la Navidad nombrando al Niño Dios y sus manidas raíces cristianas. Es curioso estos políticos que lo mismo le ponen una vela a Dios y otra al diablo.
Ayuso, como Herodes, no dudan en comunicar su intención de adorar al Niño si esa confesión les gana puntos políticos.
Hoy Herodes no necesita ejércitos, ni espadas. Le bastan los votos de los católicos ciegos y sordos para justificar la matanza de los inocentes. Porque hoy Herodes es demócrata.
Belén Perfecto, Margaritas Hispánicas
