El buen combate

Don Miguel Ayuso imparte su ponencia sobre Apostolado político en las Conversaciones del Escorial. Agencia FARO.

Oriamendi, y a la faena. Así concluyeron ayer, ése es el espíritu con el que terminan las Jornadas juveniles de formación tradicionalista. Con estas Conversaciones del Escorial, celebradas los días 16, 17 y 18 de septiembre, la Comunión Tradicionalista reanuda con ánimo las actividades presenciales del curso que comienza.

Los correligionarios jóvenes recibieron gratamente la iniciativa. Una treintena de participantes han aprovechado sus lecciones valiosas, han intercambiado consideraciones de toda clase y han convivido estrechamente.

La actividad llega como un buen acicate para la labor de los círculos peninsulares, entre los cuales estuvieron especialmente representados los de Valencia, Galicia, Barcelona, Sevilla, Asturias y Madrid.

La Esperanza ha tenido ocasión de cubrir íntegramente estas Jornadas.

El lugar y el momento de la militancia

Las ponencias profundizaron en numerosos aspectos doctrinales, pero se enfocaron de modo particular en lo práctico: los avatares de la militancia, la consideración prudencial de situaciones y estrategias, presidieron las tertulias.

El tratamiento de tácticas, o de herramientas útiles a la parte digital de la militancia; los modos prudentes de realizar propaganda física, o cómo proveer de una cobertura jurídica la vida activa de los círculos. Muchos correligionarios trajeron interés en ahondar en estos y otros asuntos.

Intervención del Prof. don Miguel Ayuso durante la sesión que presentó. Agencia FARO.
Correligionarios asistentes a las Jornadas. Agencia FARO.

Los ponentes sacaron jugo al ágil formato de conversación. Tanto en su exposición como en el diálogo posterior, guiaron con maestría al auditorio desde las disquisiciones temáticas a los pormenores concretos.

Los participantes respondieron a la perfección: el esquema permitió abordar innumerables elementos, impresiones, perspectivas, bocetos de proyectos, además de los temas expuestos. El encuentro también ha servido para comenzar a hilvanar varias iniciativas.

Encontrarnos

El hecho de que los asistentes hayan podido encontrarse y compartir estrechamente es uno de los aspectos más positivos de las Conversaciones. Correligionarios de todos los lugares, unos más nuevos, otros menos, han podido conocerse y hermanarse mejor.

Entre la asistencia, que copó todas las plazas disponibles, hubo componentes de diversas latitudes: leales gaditanos, asturianos, cordobeses, conquenses, toledanos, e incluso un invitado del Perú.

Rezo del Santo Rosario. Agencia FARO.
Algunos correligionarios toman un digestivo tras la cena. Agencia FARO.

Pasar varios días juntos, además de conversaciones, permite sobremesas sosegadas, ratos amenos. Los jóvenes participantes pusieron en común la comida, los vinos o los licores, el tabaco y los cafés con agrado, anudando con afecto sus lazos de compañeros en esta Santa Causa.

Nada produce mejor unión que la Santa Misa, la cual incardinó todo el programa. Los correligionarios comenzaron cada jornada acudiendo al Sacrificio del Altar, celebrado por el Capellán Real y Consiliario las Juventudes Tradicionalistas, el padre don José Ramón García Gallardo.

El padre García Gallardo dice la homilía de inicio de las Conversaciones del Escorial. Agencia FARO.

Ese patrimonio vital: el Círculo

El círculo es una realidad íntegra: un lugar dispuesto según una jerarquía, desde el que se preparan y se ejecutan maniobras políticas. Pero no solamente. Es un lugar de convivencia estrecha, risco donde se guarecen los correligionarios y las familias carlistas.

Ésta es una idea recurrente en los distintos diálogos. Tanto los ponentes como las intervenciones más autorizadas insistieron en ella. En la medida en que los círculos, los grupos locales, tengan unidad, articulación, y vida, desarrollarán más actividades y de mayor envergadura.

Los responsables de círculo presentes, y de igual manera los miembros de la Secretaría Política que había, lo recuerdan: un grupo asentado, aunque sea humilde, es el que puede desarrollar una actividad sostenida. Y es el que acaba perviviendo y creciendo.

Los círculos, como la célula del cuerpo, es lo que compone sus tejidos. Unos círculos bien cimentados es una Comunión con los pies bien plantados. Son imprescindibles para el necesario arraigo territorial a todos los niveles: local, regional y nacional.

Las enseñanzas son las maestras

Los ponentes no se detuvieron en alumbrar de manera más sutil temáticas como la piedad patriótica. Como el Prof. don José Miguel Gambra («Carlismo y unidad católica»), terciaron de qué modo transmitir más fácilmente los fundamentos doctrinales a todos los niveles, o en diferentes contextos.

Junto con el profesor Gambra, don Miguel Ayuso («Apostolado político») o don Luis Infante («Círculos, jerarquía y militancia») dedicaron parte de sus intervenciones a la época reciente de la Comunión en el contexto religioso y político de la España peninsular.

Amén de rememorar algunas vicisitudes políticas vividas en primera persona, o de mayores como Rafael Gambra, Jesús Evaristo Casariego o Alberto Ruiz de Galarreta, los ponentes dejaron a la historia actuar como maestra de vida.

El reverendo presbítero y Consiliario, el padre don José Ramón («La Comunión Tradicionalista y sus enemigos»), atendió el problema práctico más esencial. Éste no puede ser otro que nuestro propio examen, la corrección moral de uno mismo para ejercitar las virtudes humildes necesarias en la vocación política.

Humildad, lealtad, obediencia, diligencia, cautela, perspicacia, son propias del buen correligionario. Y en un lugar destacado encontramos la paciencia, la fortaleza perseverante desde la que sostener la buena carrera, el buen combate que libramos.

Fotografía grupal de los participantes de las Conversaciones del Escorial. Agencia FARO.

Agencia FARO/España. R. Moreno.