Crónica de la «Caminata del Rosario» del mes de septiembre en Dallas, Tejas/ September «Rosary March» in Dallas, Texas

(Versión en español más abajo)

Dallas is your ordinary American city, with its streets full of cars and pedestrians, walking to do their errands, shopping and/or going to meet friends or business meetings.

No one stops their hustle or takes a deep breath, so overwhelming is the modern man’s to-do list!

The sun was shining on this Texas afternoon when something strange interrupts the monotony. A group of men, women and children, praying, approach downtown…Crucifixes raised, flags waving, rosaries in their hands: «Holy Mary, mother of God, pray for us sinners, now and at the hour of our death, amen».

The Carlist Circle Camino Real de Tejas continues its monthly march praying for the intercession of Our Lady so that the state of Texas is consecrated to the Sacred Heart of Jesus.

But, I want to stop at a moment of the march:

A man, dark-skinned,homeless, lying on the platform, with reddened eyes… from alcohol? drugs? tears? One more of the unneeded of this society.

The forgotten, the disposable, the non-essential of the liberal order…. what story lies behind his destiny, I wonder.

The man raises his head, at that moment a young man passes by, praying, with a wooden crucifix… his eyes meet the image of Our Savior, nailed to the wood, victim of our sins. Light breaks the darkness!! The man crosses himself, slowly, tracing the cross, with his eyes firmly looking at the crucifix…

Let us not forget that we are Carlist because we are Catholic…and as Catholics (and Carlist) we fight for the Kingdom of God.

Daniel Rodríguez Guerra, Círculo Carlista Camino Real de Tejas

(Versión en español)

Dallas es una ciudad común estadounidense…con sus calles llenas de vehículos y transeúntes, caminando a hacer sus gestiones, sus compras y/o yendo a reuniones por razones de amistad o de negocios.

Nadie detiene su trajín ni respira profundamente, ¡tan abrumadora es la lista de obligaciones del hombre moderno!

El sol resplandecía sobre la tarde tejana cuando algo extraño interrumpe la monotonía…un grupo de hombres, mujeres y niños, rezando, se acercan al centro…Crucifijo en alto, banderas flameando, rosarios en sus manos: «Santa Maria, madre de Dios, ruego por nosotros pecadores, ahora y en la hora nuestra muerte, amén».

El Círculo Carlista Camino Real de Tejas continúa su caminata mensual rogando que Nuestra Señora interceda para que el estado de Tejas sea consagrado al Sagrado Corazón de Jesús. 

Pero, quiero detenerme en un momento de la marcha:

Un hombre, de tez oscura, desamparado, tirado en el andén, con ojos enrojecidos… ¿Por el alcohol? ¿las drogas? ¿Hay lágrimas en sus ojos?

Uno más, de los seres descartables de esta sociedad.

Los olvidados, los desechables, los no esenciales del orden liberal…Me pregunto qué historia habrá detrás de esa situación.

El hombre, levanta la cabeza, en ese momento pasa un joven, rezando, con un crucifijo de madera…sus ojos se encuentran con la imagen de Nuestro Salvador, clavado en la madera, víctima de nuestros pecados. ¡¡La luz rompe las tinieblas!! El hombre se persigna, lentamente, trazando la cruz, con los ojos firmemente mirando el crucifijo…

Vayamos a no olvidar que somos carlistas porque somos católicos…y como católicos (y carlistas) luchamos por el Reino de Dios.

Daniel Rodríguez Guerra, Círculo Carlista Camino Real de Tejas