PANAMÁ- Cada 21 de octubre, en Portobelo se celebra la festividad del Cristo Negro de Portobelo, una devoción que en la localidad ha reunido a no pocos devotos, que le atribuyen milagros de sanación y otros favores recibidos. Anualmente, se reúnen miles, incluso decenas de miles, de peregrinos, provenientes de distintas localidades, como San Miguelito.
Muchos de estos fervientes devotos llevan décadas peregrinando anualmente al Santuario del Cristo Negro de Portobelo, interrumpidos solamente por la pandemia mundial que aquejó al mundo estos dos últimos años. y que algunos intentaron desafiar el pasado año 2021, incapaces de contener su deseo de dar gracias al Señor de los Milagros.
Este año los devotos del Cristo de Portobelo se reunieron en Sabanitas, cerca de Colón, donde esperaban pacientemente la ruta de buses Colon-Portobelo, para poder así llegar al Santuario. Algunos realizan trechos a pie para llegar, incluso descalzos. Algunos de los milagros que se atribuyen al Nazareno de Portobelo incluyen sanaciones de pacientes terminales, y de personas que padecían enfermedades graves que prontamente recuperaron la salud. Para expresar su gratitud a Jesús Nazareno, estos devotos peregrinan anualmente a su Santuario en Portobelo.
Por su parte, la policía nacional ha realizado un operativo de seguridad denominado «operativo Peregrino» en el que 600 agentes custodiarán diversos puntos de control de la ciudad. El subdirector de la Policía Nacional, Simón Henríquez, que sostuvo que no se permitiría que los feligreses ingresen a Portobelo con objetos punzocortantes ni envases de vidrio, igualmente afirmó que con el operativo se espera brindar seguridad y tranquilidad a todos los visitantes en estas festividades religiosas. Se estima que los peregrinos al Santuario del Cristo Negro de Portobelo este año se cuenten desde 80 mil a 100 mil.
Son prácticas comunes por parte de algunos peregrinos las «mandas» que consisten en penitencias, algunas quizá excesivas, como son ir de rodillas, caminar descalzos, verter cera de vela en sus espaldas, o recibir latigazos. Si bien los peregrinos y devotos realizan las «mandas» como sacrificio agradeciendo al Nazareno por los milagros otorgados, y algunos consideran que no agradecen suficiente los favores concedidos.
Sin embargo, el obispo de Colón-Guna Yala, hizo un llamado a evitar estas prácticas, puesto que según según él, la Fe no requiere demostraciones excesivas que pudieran repercutir en daño corporal.
Agencia FARO, Círculo Tradicionalista Nuestra Señora de la Asunción de Panamá