La celebración de la Festividad de Cristo Rey arrancaba como un acto de desagravio y reparación ante los eventos anuales ―coincidentes― programados por el Ayuntamiento para premiar a los personajes más destacados en la promoción y propagación de la aberrante ideología de género.
Comenzó la Jornada, como viene siendo tradicional, bajo el balcón de la que otrora fuera Capilla de la Virgen del Pópulo, desde donde las huestes partían a la reconquistada de la tierra mora y, donde ahora, a escasos metros, señorea la estatua del reconquistador de la ciudad, Fernando III el Santo. Nos encomendamos, allí mismo, a su protección e intercesión, como ejemplo fiel perenne de lo que las Españas son. Un modelo de gobierno y entrega al bien común que le valió la elevación a los altares.
La gran afluencia de turistas alteró el orden del día, tanto, que las dificultades de aparcamiento escalonaron la llegada de los correligionarios; motivo por el que la jornada comenzó con la visita de la ciudad, y más concretamente, con el recorrido por aquellos edificios que albergaron a los protagonistas que escribieron algunas de las páginas más vibrantes de la espiritualidad del siglo XVI, que corrió a cargo de la margarita María Dolores Rodríguez. Especial atención mereció la antigua Universidad de Baeza, que rivalizó en su momento con la de Salamanca, donde el Maestro Ávila impuso la línea de actuación común a todos los colegios que fundó, como puede verse plasmada en los Memoriales al Concilio de Trento, donde pide la creación de seminarios, para una verdadera reforma católica de la Iglesia y del clero. Mantuvieron relación con él, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco de Borja, San Juan de Dios, San Pedro de Alcántara, San Juan de Ribera y Fray Luis de Granada. Podemos afirmar que con sus escritos se inicia la mística española del Siglo de Oro, armazón de la Hispanidad.
Puntuales al almuerzo en el Palacio Sánchez Valenzuela y Cerón, la jornada prosigue entre amistosas conversaciones a la mesa con la Tradición como hilo conductor, donde todos han aprovechado para compartir su apostolado religioso y político en el ámbito social en que cada uno se encuentra. Pero no es ya lo vivido a donde derivan las conversaciones, sino a las actividades de este curso que comienza, teniendo en cuenta que hay asistentes de Córdoba, Jaén y Granada. Tanto es así, que, tras el reciente relanzamiento del Círculo Tradicionalista San Rafael (Córdoba), los Reinos del Sur se hacen presentes, siendo conscientes de que la Comunión Tradicionalista debe tener una actividad más intensa y perentoria en nuestros días ―si cabe― ante los destructores de todo vestigio de Dios y de España. Porque «fácil es entregar una muchedumbre en manos de pocos, que para el Dios del cielo no hay diferencia ente salvar con muchos o con pocos» (1 Macabeos, III,18). Pero como afirmaba Jean Ouset (Para que Él reine), debemos tener la fe de Santa Juana de Arco, para poder gritar las palabras de Ezequiel: «muchos más están con nosotros que con el enemigo».
Dado el cambio inicial de la orden del día, sería en los postres cuando el responsable del Círculo Tradicionalista de Baeza, Roberto Gómez, hizo un breve recorrido por la biografía del Santo Padre Pío XI y el tiempo que le tocó vivir, así como una visión general de su pontificado, deteniéndose especialmente en las diferentes encíclicas con las que condenó las ideologías y sus frutos, que todavía hoy existen: del marxismo en la «Divini Redemptoris» (1937), del fascismo italiano en «Non abbiamo bisogno» (1931), del nacionalsocialismo en «Mit brennender Sorge» (1937), de la persecución religiosa en Méjico en «Acerba animi» (1932) y en «Firmissimam constantiam» (1937), de la segunda república española en «Dilectissima nobis» (1933), del capitalismo en «Quadragesimo anno» (1931) y la firme defensa de la familia, ya objeto de duros ataques, en la «Casti connubii» (1930).
A continuación, pasó a describir esquemáticamente la encíclica «Ubi Arcano» (1922), verdadera declaración programática de la que sería su labor como Pastor, donde expondría un análisis de los acuciantes problemas del mundo. Uniría los esfuerzos de sus predecesores: el lema de San Pío X, «instaurare omnia in Christo» (instaurar todo en Cristo); y el de Benedicto XV, «pax Christi» (la paz en Cristo), para acabar proclamando en la encíclica «Quas primas» (1925) la «Pax Christi in regno Christi».
Remarcó Roberto Gómez la doble fuente de la realeza de Nuestro Señor Jesucristo: fundada en la unión hipostática y por el derecho de conquista en virtud de su pasión, muerte y resurrección.
Se indicó que se explicaría cómo se vive el grito ¡Viva Cristo Rey! Y así llegados al final de la exposición, Roberto Gómez describió la vida y el cruelísimo martirio del joven requeté de 21 años, Antonio Molle Lazo.
No quedaron atrás las citas de la «Quas primas», ni del Capellán de los Pelayos en el Saluda del último número de la revista juvenil PELAYOS, donde recoge vibrantes palabras de Monseñor Marcel Lefebvre.
Ya finalizada la Conferencia, se repartió un Cuaderno conmemorativo de la presente convocatoria, elaborado por el Círculo Tradicionalista de Baeza, donde se recogen los treinta breves puntos sobre el dogma de la realeza de Cristo y la política católica, expuestos en la sesión inaugural de las Conversaciones de La Esperanza, por el profesor D. Juan Fernando Segovia, de la Universidad de Mendoza, director del Centro de Estudios Históricos del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, y que publicó este periódico durante el mes de octubre del año pasado.
También se repartieron entre los asistentes cuadernos ya publicados que versan sobre diferentes temas: Encíclica Libertas, Luis de Trelles y Noguerol, Carlismo, Liberalismo…; obsequiándose también con pegatinas de la bandera de España con el Sagrado Corazón de Jesús. Igualmente, se regaló el número 5 de la Revista Juvenil Católica-Monárquica PELAYOS al pelayo y la joven margarita presentes.
Tras tan dilatada sobremesa, se finaliza la jornada con un breve recorrido en el tren turístico, que dio una visión más general de la ciudad.
A la hora de la despedida, todos quedaron emplazados a la Comida de Navidad convocada por el Círculo Tradicionalista San Rafael (Córdoba).
La celebración podría resumirse, parafraseando las palabras del ya citado Jean Ouset:
«Cuando se combate por Dios, por la Patria y el Rey, se está seguro de vencer. Amemos nuestra causa lo bastante para que la alegría de servirla sea, si es preciso, para nosotros una recompensa suficiente» .
Círculo Tradicionalista de Baeza