La madre de Castilla

La Reina Isabel la Católica. Detalle del cuadro «La Virgen de la mosca»

Lira castiza, canta
las virtudes, las gestas y victoria
de la varonil santa
que conquistó la gloria
del cielo, de Castilla y de la historia.
Reina, siempre en duelo,
luchó en esta cruel vida, mas ahora,
en alcázar del cielo
en su cabeza dora
una tiara más bruñida que la aurora.

La aurora del reinado
e imperio donde nunca el sol se pone
fue el fuego cruzado
del corazón que impone
la paz castellana a quien se le opone.
A lado su consorte,
en compañía del Rey Don Fernando
convirtió la corte
en católico bando
de cristianas costumbres predicando.
La ciudad de Granada,
baluarte del empuje sarraceno,
rindió, derrotada,
su plaza al poder pleno
del Capitán Gonzalo y su trueno.

Poetas y guerreros
cantaron su gobierno con grandeza,
y notables caballeros
defendieron su empresa
para aplastar, del moro, la cabeza.
Luchó contra el infiel,
y ganó la guerra de Reconquista
la muy ilustre Isabel,
altiva e idealista,
reinó como una nueva evangelista:
al indio convirtió
en hijo devoto y noble vasallo
cuando a su muerte dio
por testamento el fallo
de catequizar a indio sin desmayo. Católica Majestad,
todos los hijos de España debemos
orgullo y humildad
a los hados supremos
de la Península y sus extremos;
y que hoy, traidores
de tu sagrada misión y legado,
a otros conquistadores
vendemos este hado
por migajas de un gobierno prestado.

Isabel, mujer fuerte,
tantas hazañas podría mi lira
cantar, y enaltecerte
cuando mi alma suspira
por verte en los altares, y te admira.

Mas la vil clerecía
que hoy, cual lobos, en el Vaticano
sirven a la herejía,
olvidan que tu mano
convirtió el mundo entero en cristiano;
cuando Fray Torquemada
y el insigne converso Talavera,
cercaron con vallada
a la religión vera
lanzando herejes a la hoguera;
por eso, esta oración
quiere ser un humilde homenaje
para agradecer el don
del castizo lenguaje
que Isabel nos donó por vasallaje;
vasallaje divino,
al que yo me someto con voluntad
de vindicar el sino
de la noble Hispanidad.
¡Viva la Corona a perpetuidad!

ORACIÓN:
Santísima Trinidad,
que partiste el mundo con sabiduría,
que tu santa Voluntad,
con tu jerarquía,
refunda la castellana monarquía; y permite que Isabel,
a intercesión de la Virgen del Pilar,
el arcángel San Miguel,
y Santiago militar,
goce, ya santa, la gloria del altar.

Daniel Frutos, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta