Del mismo modo que de día en día se recrudece la disolución de los fundamentos de las sociedades regidas por los principios liberales, así, cada minuto el mensaje de la Santísima Virgen en Fátima se hace más actual, «vendrán modas que ofenderán gravemente a Nuestro Señor». En esa mención a las modas podemos incluir ideologías destructoras de la verdadera naturaleza del hombre; tal es el caso de la ideología de género y derivando de ella, la tendencia a modificar el uso lógico de los pronombres en el lenguaje. Estos pronombres a su vez «sustituirían» al del sexo con el cual se nace. Responden a teorías perversas amparadas por organismos internacionales como la OMS según las cuales los sexos, no son biología, sino roles construidos de manera convencional.
Esta ideología se difunde a través de los medios de comunicación. Hemos encontrado un programa de Turner en la cadena de Fox News relacionado con el malentendido uso de pronombres que sustituyen al del sexo con el cual se nació, si cada individuo así lo decide. De ahí que muchas empresas o instituciones en Estados Unidos, como muestra, ya manejen este un nuevo apartado, el «género» en sus fichas para la identificación de su personal.
Los ideólogos del género señalan como culpables en última instancia al dogmatismo religioso de la Iglesia y el dogmatismo biológico, en este caso, porque la ciencia contradice su teoría —de ahí el deseo de acabar con la biología como ciencia o de quererla distorsionar a favor de la ideología de género—. El ataque a la Iglesia se fundamenta en su defensa de la naturaleza humana a la par que su fidelidad la revelación divina que nos enseña que Dios los creó hombre y mujer.
En fin, son muchos los intereses creados con esta situación de querer implementar la ideología de género en todos los países; y una de las herramientas para poder imponerla es su formalización en las empresas, instituciones, escuelas, universidades. Por ejemplo, además de preguntar por el nombre del estudiante, se le pregunta su «pronombre», y el pronombre dará la idea de lo que «es» el estudiante. A ese extremo ya se ha llegado en algunos países, uno de ellos, Estados Unidos.
Los tentáculos malignos de la ideología de género siguen avanzando y creciendo, y ya los nuevos «cuentacuentos» para los niños de la educación básica no serán las maestras, ni las psicólogas infantiles o las estudiantes de pedagogía, sino personas aberrosexualistas que muy probablemente les contarán cuentos, pero también los invitarán a escoger «su pronombre». (Esto ya ocurre en algunas actividades para niños realizadas en países del llamado primer mundo, como Estados Unidos). Concluyendo con todas estas falsedades pedimos a la Inmaculada Concepción que proteja a los católicos que habitan en Estados Unidos y que suscite personas que resistan al lavado de cerebro que se esconde tras la modificación forzada del lenguaje —empezando por cada uno de nosotros— y que encuentren en la Tradición el apoyo que permite defender la naturaleza de mujer y de hombre en el legítimo orden social bajo los principios de Dios, patria, fueros y rey.
Teresita del Niño Jesús Trujillo de Magaña, Círculo de Lectura «Tradición»