Los inmigrantes temporeros en Andalucía duermen en la calle

Lecho al raso de un indigente en Baeza. Agencia FARO, R. Gómez

ESPAÑA, BAEZA-Un gran número de los temporeros inmigrantes duermen a la intemperie. Buscan alojamientos de caridad y alimentos, ante la desatención por la gestión de la pandemia y el trabajo parado en el campo. Las normas impuestas a causa de la pandemia se suman a la condición de pobreza anterior. En general, la inmigración aumenta ante una oferta laboral que se abarata todo lo posible. Muchos de los inmigrantes en la calle son temporeros que cosechan diversos cultivos, principalmente los de aceituna.

Mientras están desempleados, sólo organizaciones como Caritas o Cruz Roja atienden estos inmigrantes. Se hacen cargo de una población flotante a disposición del empresario. La situación posibilita el abaratamiento rápido de la mano de obra. También el empeoramiento de las condiciones laborales.

El índice de pobreza camufla estas bolsas de desigualdad o injusticia. Ante la inminente tercera ola del Covid 19, cabe esperar que la situación se agrave en toda Andalucía. Como católicos, sabemos que dar un salario injusto al trabajador es uno de los pecados que claman al cielo. Su Santidad León XIII recordaba que el salario no debe ser en manera alguna insuficiente, pensado para alimentar a un obrero frugal y morigerado. Es una injusticia del empleador escatimarlo para sojuzgar al obrero, por la necesidad o acosándolo por el miedo. Con tal de que acepte unas condiciones infames en su relación laboral.

FARO/Círculo Tradicionalista de Baeza