
El Pleno del Congreso de los Diputados de España ha aprobado con 188 votos a favor, 150 en contra y siete abstenciones un proyecto de ley inicuo de largo nombre ―para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI―, popularmente conocido como Ley Trans.
En varias ocasiones y siempre de forma acertada se han publicado en La Esperanza artículos sobre dicho proyecto y sus fundamentos. Recomendamos la relectura de ambos, especialmente en este día en que se celebra la festividad de los Santos Inocentes.
Con esta nueva norma los Herodes modernos dan un paso adelante en las vísperas de la Navidad. Demuestran que no sólo se conforman con facilitar la eliminación de niños en el seno materno mediante el aborto, sino que permitirán su destrucción posterior pues, por ejemplo, un niño de 12 años podrá pedir un cambio de sexo sin consentimiento de los progenitores. También se admitirá incluso aunque sea menor de 12 años «si las indicaciones médicas lo exigen en aras a proteger la salud de la persona» (artículo 19.2 a contrario). Los beneficios económicos de las empresas farmacéuticas serán infinitamente menores al daño, dolor y sufrimiento que los va a originar. Todo el texto es un ejercicio de ingeniería lingüística con ribetes totalitarios, prohibiendo las terapias de conversión y fijando una batería de infracciones y sanciones (artículos 75 y 76) para amordazar disidentes.
El proyecto de ley todavía no está en vigor, pues está pendiente de su aprobación en el Senado. Entonces, ya como ley será promulgada por Felipe Juan, quien ordenará su publicación en el BOE.
Agencia FARO