La mujer y la política

«Las mujeres no entienden de política» no reza para las margaritas

Varias mujeres en el interior de una iglesia. Foto: María Langarica

Editorial publicado el 16 de octubre de 1955 en el núm. 16 de la revista MARGARITAS, CRUZADA DE LA MUJER CARLISTA. 

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Esta frase: «Las mujeres no entienden de política» no reza para las margaritas. Si se entiende por política no el tejemaneje del ardid, del engaño, de la zancadilla que acecha, para hacerlo inútil, el esfuerzo desinteresado de los mejores, sino la verdad, el honor y la rectitud imprimiendo su sello en la vida ciudadana. Las margaritas no saben ni quieren saber de politiquerías, pero saben, quieren y deben saber de política con mayúscula. Porque han de ser o son ya esposas que tienen que alentar al marido en el fervor por el ideal patriótico. Porque, en pocas palabras, son mujeres cristianas responsables.

La madre educa a sus hijos para la vida. Y la vida no se acaba en el hogar. El hogar está en peligro cuando en la calle peligran la verdad y la justicia. Hay que defender la verdad y la justicia en la calle, porque dentro del hogar y sobre todo en España ya están todavía las mujeres para hacerlas respetadas. Ahora bien; defender, propagar, propugnar la verdad y la justicia en la calle, hasta morir en el empeño, si es necesario, hasta lograr que brillen puras, inmaculadas a los ojos de todos, como espejo del vivir y del sentir cristianos en el individuo y en la sociedad, es ni más ni menos, política, la auténtica política. ¿Quién se atreverá a decir entonces que las mujeres cristianas, las margaritas, no entienden en política?

Para apagar en el hombre el fuego de su entusiasmo por el triunfo de la verdad, se le dijo que la religión no tenía que ver nada con la política. Para mermar el influjo de la mujer cristiana en la sociedad se afirmó que las mujeres no entienden ni deben entender de política. Los carlistas nunca han pasado por lo primero. Las margaritas no han de pasar por lo segundo. Al contrario: han de lograr que cada día sean más las mujeres que sepan y quieran entender de política. En la política de la verdad y de la justicia, en la del triunfo del Reino de Dios.

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