Las entradas folklóricas en Bolivia (I)

Si hay algo de lo que el boliviano se siente orgulloso es de su folklore

Danza de la diablada. Foto: Agencia Boliviana de Información

Si hay algo de lo que el boliviano se siente orgulloso es de su folklore, palabra que procede del vocablo germánico prehistórico folkam «pueblo», «gente» y la forma verbal del inglés arcaico lore «aprender». De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), se escribe «folclore» pero puede aparecer como «folklore», «folklor» o «folclor».

Se puede entender el folklore como el conjunto de creencias, costumbres o prácticas que son tradicionales de una cultura o un pueblo. El folklore incluye música, leyendas, cuentos y bailes que suelen transmitirse en la población.

En el contexto boliviano, cuando hablamos de folklore, salen a relieve las famosas entradas folklóricas que, bajo pretexto de preservar y recuperar el folklore, tienden a ser abundantes, y traen con ellas consecuencias que no queremos ver, y si las vemos, preferimos ser cómplices. Es irónico, pero podríamos decir que, por intentar recuperar el folklore, nos vamos estancando aún más bajo un espectro de nos atrapa.

La cultura debe ser preservada resaltando los aspectos positivos que forman nuestra identidad como bolivianos, pero en estos últimos tiempos, está siendo distorsionada con fiestas donde la borrachera, soberbia, vanidad y violencia están presentes. Las entradas folklóricas en nuestro país son tan abundantes, que es imposible tener un recuento exacto, ya que cada vez se van multiplicando.

Según un reporte de la unidad de promoción del folklore y las artes populares de la alcaldía, solo la ciudad de La Paz tiene 800 fiestas patronales y con el paso del tiempo van creciendo. En estas fiestas se mezcla lo sacro con lo profano justificando el vicio apelando a la religiosidad.

De la misa al pecado

Muchas entradas folklóricas lo son para honrar a los santos, o están vinculadas a advocaciones de la Virgen o se refieren a nuestro Señor (como el Gran Poder). Como tienen un tinte religioso, puede ser que antes de la fiesta se empiece con una misa donde los pasantes, organizadores y demás devotos, escuchan la palabra de Dios y comulgan para luego terminar borrachos trayendo como consecuencia discusiones, peleas, muertes y violaciones.

¿Qué clase de santo cristiano llego a la santidad con tales actos? Ciertamente, ninguno. El nombre e imagen de grandes santos de la Cristiandad son tomados como justificación para la fiesta y el exceso.

La devoción solo se pregona como pretexto para el baile, pero lo que se ve es gente soberbia que desea mostrar su poder económico junto con la banalidad, ya que muchos bailes folclóricos están siendo modernizados para mostrar más piel, en el caso del caporal, quizá llegue el día que en lugar de usar sus reducidas polleras solo usen un encaje; todo esto va contra la moral cristiana católica.

No podríamos analizar todas las entradas, pero sí las más grandes, aquellas que son el estandarte del folklore actual, como el Gran Poder, el carnaval de Oruro o la entrada universitaria.

El carnaval de Oruro

El año 2001, la UNESCO declaró al Carnaval de Oruro como «Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad», razón por la cual Oruro es considerado la capital del folklore boliviano.

En 2017, el carnaval de Oruro generó un movimiento económico de 104 millones de bolivianos. Para 2019, la cifra subió a 127 millones de bolivianos, y en 2020 generó un movimiento de 35 millones de dólares; aunque esta cifra no puede ser exacta, ya que por los problemas sociales y la actual pandemia el turismo decayó en un 50%.

Para bailar en el carnaval de Oruro, se debe realizar un gran gasto, y al parecer, esta entrada le puede costar a un boliviano como dos salarios mínimos o más. La cifra puede variar según la fraternidad. Los bailarines pueden llegar a gastar en el alquiler o confección de sus trajes entre 350 y 7.000 pesos bolivianos, a esto se suma el pago de inscripción.

Muchos pueden prepararse todo un año para festejar en el carnaval, y las ganas de bailar no se pueden quitar aun cuando la tragedia y dolor se hagan presentes, como ocurrió en el carnaval del 2018 cuando ocurrió una explosión dejando 8 personas muertas y más de 30 heridos. ¿Se canceló los festejos posteriores? Todo lo contrario: el presidente de la asociación de comparsas de las zonas sur y este de Oruro, Froilán Fulguera, declaró que no se suspenderían las actividades de la fiesta de tentaciones. Claro que el luto lo llevarían con crespones negros, y como pretexto para seguir la fiesta, lo harían en justificación a la devoción a la Virgen del Socavón.

(Continuará)

Miles Christi, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.

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