Dentro de los actos organizados con motivo de la celebración de la festividad de los Mártires de la Tradición, este sábado 4 de marzo, se llevó a cabo el rezo del Santo Rosario. Organizado por el grupo de Margaritas Hispánicas como actividad abierta a todos los correligionarios. Mediante la plataforma Zoom, se conectaron decenas de personas desde la Península Ibérica, Hispanoamérica e incluso, desde los antiguos territorios españoles en EE.UU.
Algunos de los asistentes habían preparado unos preciosos altares en honor a los Mártires de la Tradición. Por razones de espacio, sólo intercalamos en esta crónica un par de imágenes.
Don José Ramón García Gallardo, Capellán de las Margaritas Hispánicas, pronunció unas palabras introductorias y presentó a los dos sacerdotes que lo acompañaban: el padre Juan María Sellas y el padre Emmanuel Pujol.
El padre Juan María Sellas dirigió las meditaciones y oraciones de los misterios dolorosos primero y cuarto y exhortó a los presentes a vivir una vida de fe, esperanza y caridad instando a encomendarse a los mártires que vivieron y murieron ―muchos de ellos anónimamente― por defender la doctrina católica. Recordó la necesidad de hacer penitencia siguiendo el ejemplo de muchas margaritas que en el silencio fueron perseverantes, y de muchos requetés que también lo fueron en medio de todas las dificultades del mundo en que les tocó vivir.
El padre Emmanuel Pujol, al introducir el rezo de los misterios dolorosos segundo y quinto, recordó la necesidad de hacer penitencia para que, cuando a cada uno nos llegue la hora de la prueba, nos unamos a la pasión del Señor. Instó a encomendarnos a la Santísima Virgen en la lucha por la pureza, recordando que en el día de Viernes Santo fue un consuelo para Ella los méritos que su Hijo Jesucristo ha ganado para todos los que se iban a convertir y a dar un paso al frente entregando la vida en el martirio.
Al padre José Ramón García Gallardo le correspondió la dirección del rezo del tercer misterio doloroso. Trató de que los asistentes sientan y entiendan nuestro grito de ¡viva Cristo Rey! Estas fueron algunas de sus palabras: ante el Ecce Homo; cada uno de nosotros tiene la gracia inconmensurable de poderle decir a ese Jesús que es la burla de la sociedad liberal y de los canallas: sí, Tú eres mi Rey. Su corona de espinas es más preciosa que todas las joyas del mundo. Nos ayuda a ser humildes y cuando se burlen los enemigos ―porque eres un niño que no dice groserías, una niña que se viste con modestia, una madre de familia que no tiene mascotas sino niños, o cuando se burlen de ti porque vas a misa― la fuerza de este misterio nos va a ayudar a vencer todo respeto humano (…) mirad el cetro de burla, a Jesús le dieron una caña. Los reinos pasan las naciones desaparecen, pero el reinado de Jesús es eterno e inquebrantable. Él va a triunfar y le da el triunfo al Corazón Inmaculado de María (…) Herodes le había puesto antes una clámide blanca, dándole trato de loco; y más tarde, de nuevo en el pretorio, le pusieron una clámide roja no sólo por el color de la tela, sino porque la tiñó su sangre, así como la túnica ensangrentada cubrió la humanidad de Jesucristo, su sangre redentora alcanza a toda la humanidad. El reinado de Nuestro Señor se conquista por la sangre, con la sangre de nuestros mártires y tal vez, por nuestra sangre.
Finalizado el rezo de los cinco misterios, don José Ramón pidió a los asistentes que rezaran con fervor la salve por la recuperación de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón. También agradeció a las Margaritas su celo y trabajo en honra de nuestros mártires.
A continuación, los sacerdotes allí presentes dieron la bendición a todos los presentes.
El acto se cerró con el canto del Oriamendi, interpretado de forma vibrante por los miembros de la familia Baño Astinza.
Margaritas Hispánicas
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