A modo de crónica breve, publicamos a continuación el testimonio agradecido de uno de los participantes en la XXIII Cabalgata en honor de los Mártires de la Tradición, que finalizó este domingo 5 de marzo en Pichi Mahuida, Argentina.
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Amigos cabalgantes,
La XXIII Cabalgata en honor de los Mártires de la Tradición fue imponente y extraordinaria: el intenso calor y las exigentes jornadas de a caballo por la extensa línea del desierto pampeano, no lograron menguar el buen espíritu general de los cabalgantes.
Varones llegados de distintos lugares, de gerontes a boyeros, fueron protagonistas de diversas jornadas que no hicieron más que aunar a todos en un único y fortísimo espíritu de noble camaradería.
Los desafíos lúdicos de campo, los fogones y sus inseparables guitarreadas, las tertulias entre amigos, la exquisita cocina, el dormir a campo abierto bajo la bóveda de estrellas y el baño en las frescas y mansas aguas del Colorado obsequiaron al espíritu el distenere necesario para la aprehensión de los fundamentos de esta cabalgata cuyo tema fue, justamente, «Los Mártires de la Tradición» y su lema: «Tú soldado de la Tradición habrás de tener puesto en el Reino de Dios».
La excelencia del capellán y de los sacerdotes presentes, la santa misa diaria, la confesión, el rezo del rosario, la lectura de las ordenanzas del requeté, la meditación diaria al ocaso, el cabalgar tras el puntal de las banderas, junto a las magistrales conferencias que versaron en torno al tema de esta XXIII edición, dieron el tenor de reconocer nuestro papel de herederos, de asumir el ejemplo y responsabilidad de aquellos que entregaron hasta su vida misma por la única fe verdadera y por aquellos principios y banderas que, también, son los nuestros.
El recuerdo afectuoso y el tributo cargado de emoción a Doña María Jesús Gallardo (+21/04/2022) estuvo presente en numerosas oportunidades de la cabalgata. Y fue motivo de agradecimiento perenne a todas las mujeres católicas que, a imagen de Nuestra Señora que estuvo de pie junto a la Cruz, acompañan al varón en la realización de todas aquellas cosas que Dios nos pide.
Todas estas buenas vivencias, horizontales y verticales, marcaron una gran Cruz en el desierto que aviva la esperanza de la patria redimida.
Sostengamos, pues, amigos cabalgantes nuestro ánimo al retornar a nuestras cosas cotidianas en el recuerdo de estas jornadas y ¡¡en la confianza certera del Triunfo Final del Inmaculado Corazón de María!!
Para aquellos que compartimos un mismo y dolido amor por La Patria, volver de la cabalgata de Pichi Mahuida es siempre una caricia al alma.
Gracias a todos los que la hacen posible.
Un fuerte abrazo en Cristo y María.
Un cabalgante
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