Gambra: hay que ser «causa material» para la gracia divina

Nada es negociable en los principios

El catedrático don José Miguel Gambra durante su conferencia en el Congreso de Pensamiento Católico. S. Isidoro.

ESPAÑA, MADRID¿Hay algo negociable en el orden de los principios de la Religión o la política?

En el contexto del VI Congreso de Pensamiento Católico de la Universidad Complutense, cita anual de notable altura intelectual, participaron pensadores tradicionales de la mayor talla, como don Miguel Ayuso y don José Miguel Gambra.

El tema general del congreso fue «Catolicismo e Hispanidad». Resulta que, como los cimientos de una casa son indiscutibles si no queremos que se venga abajo, también así los fundamentos religiosos y políticos, sobre los cuales se edifica la comunidad política.

Que no quepa más discusión sobre los principios que la que conduce a aprehenderlos revela también que, en la práctica, no vale cualquier cosa. Como no se puede beber veneno para conservar la salud, tampoco son admisibles ciertas vías que prometen la salud de la Iglesia o la patria, pero que socavan sus fundamentos.

La experiencia de los países católicos

Este hecho se evidencia mejor al analizar los regímenes que han sido católicos y que han prevalecido duraderamente. Frente a la corrupción de las costumbres y frente al sibilino susurro de la Revolución, como fue el caso español.

Así, don José Miguel Gambra habló de la degradación de una España antaño católica. «En la Transición» se consumó «un proceso de degeneración, que a lo largo de varios pasos y etapas, arruinó los restos mayoritarios de la Cristiandad peninsular», que «resistía aún en familias, gentilidades, gremios y regiones», ilustró don José Miguel.

A través de ese camino sinuoso, el pueblo que ganó la última Cruzada fue apresado hasta caer en una disociedad antimoral, antireligiosa, y no solamente liberal, sino decadente hasta extremos difíciles de creer.

El profesor don Miguel Ayuso, teniendo en cuenta el título del congreso y, particularmente, el de la sección, ofreció una reconstrucción histórico-teorética de la monarquía hispánica, o mejor, de la monarquía católica, como federativa y misionera, opuesta a la visión del mundo moderna, esto es, europea, hoy «americanizada».

Un sendero que se afirma

El Congreso, que comenzó su andadura como unas Jornadas prometedoras, prosigue su estela señalada. Continúa reuniendo a personalidades académicas de todas las áreas, esforzándose en conseguir la ortodoxia más íntegra y los ingenios más destacados en su campo.

Entre los presentes destacan algunos como el filósofo don Enrique Martínez, catedrático insigne del CEU Abat Oliba de Barcelona y discípulo de Francisco Canals. Habló sobre la «primacía del ser personal en la escala analógica de la verdad».

Participó también el catedrático don Jesús Cantera Montenegro, que volvió a ilustrar a los asistentes desde sus ingentes conocimientos artísticos. De este modo, trató sobre «algunas constantes en el arte hispano». En la mesa posterior a la suya, participó el joven Javier Llidó, quien constató cómo tras Recadero el elemento católico es el fundamental en la constitución de España, y sobre el dominio hispanogodo sobre el sur de la Península y el norte africano, partes integrales de la antigua provincia.

La afluencia al Congreso ha sido buena, como constatan la organización y numerosos ponentes, como don José Miguel Gambra. Al comparar el seguimiento con la edición que se realizó aún con medidas de restricción tras la pandemia, el maestro carlista constata que asistieron «muchos más» que la vez pasada, quedando superado el parón que impusieron las prohibiciones de movimiento 

El catedrático emérito de Lógica de la Facultad de Filosofía de la Complutense agradeció la invitación y animó a los jóvenes del lugar a seguir su actividad. Y es que están haciendo una labor necesaria, esforzándose en «ser causa material» donde arraigue la eficacia de la caridad divina por la gracia.

Agencia FARO/Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid. R. Moreno

Deje el primer comentario

Dejar una respuesta