Tan lindo como el tamarindo

el PSOE sorprendió por el abuso del cliché y la pereza al componer sus discursos

Composición editorial desde imágenes de Yolanda Díaz y Tamames durante la moción de censura

Como toda actividad parlamentaria, la moción de censura fue políticamente inútil. Pero trajo algunas sorpresas que nos entretendremos en glosar.

La tentativa de censurar al Ejecutivo de Sánchez ha fracasado, como se daba por hecho. Tanto VOX como, se suponía, el PSOE, encaraban estas sesiones del Congreso como actos iniciales de las citas electorales de mayo y diciembre. Pese a las bajas expectativas que probablemente dejaron brotar en las semanas previas, VOX vuelve a sorprender controlando la puesta en escena, aprovechando la performance pese a la centralidad de ese elemento extraño que les era Tamames. Les resultó un buen lanzamiento electoral.

Aunque quizá no tanto como quisieran. El PP, que aguantó de soslayo, no parece resentirse de este movimiento. VOX, en todo caso, consiguió en buena medida presentar unidas dos cosas que suelen darse por separado: una aparente seriedad de Estado y su bravuconería de aire yanqui.

También el PSOE sorprendió por el abuso del cliché y la pereza al componer sus discursos. No hay duda de que los envites de Abascal y Tamames ayudaron a asentar esa imagen, pero el partido de Gobierno lo propició.

La sorpresa mayor quizá la dio Yolanda Díaz, culebrilla que corona las ruinas de Podemos. Contrastando con la vaguedad y poca preparación de muchas de las respuestas del Ejecutivo, Díaz mostró un bagaje litigante con réplicas que no parecían hueras apelaciones retóricas o ideológicas.

Tras enunciar el respeto que el régimen del 78 profesa a uno de sus fundadores, el presidente de censura, Tamames, desplegó luego su conocimiento legal en un discurso bien preparado. Con su presentación más esmerada, destacó sobre las insulsas representantes podemitas, como Irene Montero, que se arrellanó juiciosamente en su escaño, o Ione Belarra.

Posiblemente, Yolanda Díaz fue quien más provecho ha sacado a esta moción, en un contexto electoral que no augura grandes ganancias a nadie.

El provecho reside en que, en ese tapete, apareció como la única figura destacada a la izquierda del PSOE. Y a falta de que los más posmodernos fijen su fórmula de concurrencia a los comicios, esto pone caminos en su mano.

Hasta ahora, Yolanda, con su nueva marca Sumar, resultaba el clavo en el ataúd de Podemos, martilleado por los ardides de Sánchez. Ahora, sin embargo, puede tomar el último guante podemita para liderar a los amoratados socios de Gobierno y salvar su formación de origen. ¡Quién sabe qué sucederá!

Decíamos que nos entretendríamos en pasar revista a alguna fruslería de esta moción. Entretenimiento y futilidad es un combo constante de nuestra actualidad partidista, una poderosa vía de servidumbre de carácter sofístico.

Todo aparenta movilidad, cambio, novedad. Y todas esas apariencias están hechas para ahogarse en la superficie. Como la primera moción publicitaria de VOX, esta segunda fue un buen ejemplo.

Roberto MorenoCírculo Cultural Antonio Molle Lazo

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