El FBI se mantiene en sus trece y persiste en su objetivo de vigilar a diversos grupos de católicos tradicionalistas. LA ESPERANZA ya había informado en febrero sobre la existencia un documento interno de la oficina de espionaje estadounidense en el estado de Virginia —filtrado por el exagente Kyle Seraphin— que situaba a los católicos tradicionalistas en su punto de mira. Ante el escándalo, pronto llegó un desmentido oficial.
En esta ocasión fuentes del Partido Republicano publican un documento que acredita que el FBI habría actuado con varios agentes secretos para crear una red de confidentes en parroquias católicas, con el fin de establecer «nuevas vías para fijar trampas» y de «desarrollar fuentes».
La justificación de tal actuación sería «advertir de señales de radicalización» de los feligreses católicos. Esos confidentes «servirán como cables trampa de actividades sospechosas». Como el propio texto este documento indica, esas órdenes habrían sido revisadas por asesores de alto nivel del FBI y podrían haberse difundido ya por todas las oficinas del FBI en Estados Unidos. No obstante, no hay constancia de que se haya ejecutado de forma sistemática todavía.
Algunos políticos republicanos que ahora piden explicaciones al FBI, reclaman que se estudie una legislación que garantice que no se haga un «mal uso» de los recursos del FBI contra las actividades protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense.
En definitiva, los servicios de inteligencia, de momento con aparente discreción, estarían tendiendo un peligroso cerco con la ambigua excusa de la «radicalización de católicos».
? #BREAKING: We now know the FBI, relying on information derived from at least one ?????????? employee, sought to use local religious organizations as “new avenues for tripwire and source development.” pic.twitter.com/97veIGtvq4
— Weaponization Committee (@Weaponization) April 10, 2023
Agencia FARO. A. Herrero.
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