Mes de María. Día 2: el nenúfar

virgen santa, virgen pura, tu fuiste preservada del diluvio del pecado original

El nenúfar: vídeo.

Cuando el pecado anega los campos, inunda todo a su paso y las aguas perezosas ya no corren y en la pereza, estancadas, se corrompen. Cuando en los bañados  el agua se remansa y olor a podredumbre se apodera del ambiente, ese lodazal  pestilente de impureza  donde mil batracios se solazan en el vicio al acecho voraz del insecto inocente. 

A pesar de todo, por sobre el cieno, en ese espejo de agua reluciente,  florece el nenúfar y ofrece al sol su belleza en medio de los estanques, sobre aquella tierra anegada.

Virgen Santa, Virgen Pura, a ti que fuiste preservada del diluvio de pecado original, te ofrezco en este día segundo del mes, el nenúfar de mi amor que florece en el barro de mi corazón.

Te ofreceré mi trabajo de este día, para que no sea mi vida corrompida por la pereza, como el agua estancada. Sea mi corazón un nenúfar abierto que absorto en tu luz y amor, abre sus pétalos con devoción olvidando por un momento su propia corrupción, te ofrezco en este día, con mucha devoción, esta oración:

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén.

Padre José Ramón García Gallardo, Consiliario de las Juventudes Tradicionalistas

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