Mañana 13 de mayo, los católicos tradicionalistas de México estarán de enhorabuena, muy especialmente los residentes en Puebla y su entorno. Su Ilustrísima el obispo Bernard Fellay, HSSPX, consagrará otra magnífica iglesia, donde se celebrará la Santa Misa tradicional.
En una época arrasada por lemas como el manido aggiornamento sesentero y por el rechazo oficial al imperativo divino de id y predicad —que tuvo una de sus concreciones históricas en la doctrina del Descubrimiento—, los católicos tradicionalistas se mantienen en el quod Semper, quod ubique, quod ab omnibus —creer todo, sólo y cuanto fue creído siempre, por todos y en todas partes—. Esta regla de San Vicente de Lerins se manifiesta también en esas obras de la fe, a las que el propio Obispo Bernard Fellay hizo referencia hace pocos días durante la consagración de otra iglesia dedicada a la Inmaculada, en Kansas, Estados Unidos.
Se dice que el trazado de Puebla fue realizado por ángeles —aquí se cuenta algo al respecto— y el nuevo templo estará dedicado precisamente a Nuestra Señora, Reina de los Ángeles. Bien alejada del feísmo, esta iglesia es heredera de la tradición arquitectónica novohispana, que se puede contemplar en todo su esplendor en otras iglesias poblanas como, por ejemplo, San Cristóbal, San Francisco, San Roque y otras tantas.
No se puede dejar de mencionar, además del trabajo de los fieles, la colaboración que las autoridades municipales han prestado, facilitando los trámites burocráticos y fijando condiciones que han agilizado la construcción de este templo, que, desde mañana, será casa de Dios y puerta del cielo (Gen. XXVIII, 17).
Ana Herrero, Margaritas Hispánicas
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