San Cristóbal de Cuéllar y su forma natural de gobierno

El sistema es de lo más eficiente y sano

San Cristóbal de Cuéllar (Segovia), España

Mañana domingo 28 de mayo en España se llevará a cabo el proceso de elecciones para elegir cargos en municipios, regiones y otras entidades que parecieran tener una apariencia de órganos naturales políticos.

Entre toda esta amalgama de cargos y representantes que se mueven entre la frontera de lo legítimo y natural, el Estado no deja de tender sus redes e imponer sus reglas a la hora de establecer los procedimientos electorales. Sobre todo con su forma de canalización representativa aparentemente democrática: los partidos políticos.

En un pequeño pueblo de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar se mantiene un vetusto e insuperable proceso que tiene su arraigo en las formas más sencillas y naturales de gobierno. La localidad de San Cristóbal de Cuéllar, en el sexmo de Montemayor, a 11 km de la cabeza del alfoz y con una población de unos 150 habitantes.

El sistema es de lo más eficiente y sano. Todos los vecinos con derecho a voto en el municipio se reúnen un domingo, dos meses antes de las fecha de las elecciones, y después de misa, eligen por voto secreto escribiendo el nombre de uno de los vecinos del censo. Esto ocurrió el 26 de marzo pasado. De ahí se presentará una «candidatura independiente» de las cinco personas más nombradas. Todo este proceso es supervisado por el Juez de Paz. Según el sistema electoral español [LOREG art.184] esa candidatura, cosa excepcional, es abierta y no cerrada como pasa en las opciones presentadas a las elecciones. Es decir, por lo general en España, se vota una lista cerrada por un partido político. Por tanto, los vecinos deberán, como máximo, marcar cuatro de los cinco candidatos expuestos, pero los concejales del Ayuntamiento ya están elegidos; sólo hay menester de decidir quién será el regidor de la localidad.

Han preferido mantener el consenso social y no dar cabida al consenso político. Dar de lado la codicia de los partidos, y sin duda la ambición de los candidatos. Que no es en muchos de los casos de miles de pequeños municipios que van de Norte a Sur donde el ejercicio político sigue siendo desprendido y generoso, resistiendo contra viento y marea al control económico que ejercen sobre los pequeños municipios las administraciones territoriales controladas por partidos del régimen. De este control económico todavía se ha hablado poco.

Este método electivo, que se encuentra en un limbo legal, se mantiene ininterrumpido desde 1978. En otras concurrencias han intentado participar los partidos políticos, sin sacar ningún voto. Por ahora este pequeño municipio pasa desapercibido ante los intereses de los cárteles políticos y que no son ningún ejemplo moral y ético con sus estúpidas campañas electorales. Y es que ya lo escribió Cervantes en boca de Don Quijote hacia Sancho gobernador: «[…] contra la ley del razonable discurso, te vees premiado de tus deseos. Otros cohechan, importunan, solicitan, madrugan, ruegan, porfían, y no alcanzan lo que pretenden, y llega otro y, sin saber cómo ni cómo no, se halla con el cargo y oficio que otros muchos pretendieron

En una entrevista concedida al diario El Adelantado de Segovia, Tomás Merino Zarzuela resume las preocupantes condiciones de la vida rural en España declarando que «antes éramos más de 100 agricultores, y ahora solo quedan cuatro o cinco».  Los pocos agricultores jóvenes que quedan se trasladan a vivir a la cercana Villa de Cuéllar, la población más grande de la provincia de Segovia. «Aunque estén empadronados aquí, se marchan a vivir allí», sentencia. Y es que aunque las condiciones de vida sean más onerosas por los gastos hay un estilo de vida más cercano a una ciudad. Pero ese es el sino de todos los pueblos de la España rural. Y desgraciadamente será un ciclo que no se cercene aquí, sino que sus hijos soñarán con medrar en la capital de provincia o una ciudad todavía más grande.

Francisco Gutiérrez, Círculo Tradicionalista Lirio y Burgoa 

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