Corrupción en Bolivia (I): para recuperar el sentido cristiano de las cosas

Al haber corrompido el sentido común, las personas ahora juzgan la misma realidad y la naturaleza de forma errada

Imagen: Jessé Mercado

En los tiempos modernos se sostiene que los avances tecnológicos y cambios culturales hacen que las palabras y conceptos vayan modificando su significado de forma natural u orgánica (por usos y costumbres), sin embargo se puede demostrar que ese cambio fue drástico e inorgánico, y contrario a lo anterior, el sentido de las cosas no ha variado como tal sino ha sido «alterado». Así muchas de las palabras que usamos en nuestro lenguaje moderno han perdido su verdadero sentido.

Cuando vino Jesucristo a redimir la historia y salvarnos de la condenación, nos reveló que Él es la Verdad, y por lo tanto la medida de la verdad. El Verbo encarnado al ser la Palabra de Dios, vino a redimir su creación, pero por la envidia del maligno, busca principalmente corromperla y es esta lucha por la salvación de los hombres que se hace sentir hasta el día de hoy. El enemigo sabe que no puede crear nada nuevo, así que su trabajo desde el inicio es el de dar la vuelta a las cosas, buscar darle otro sentido; engañar y corromper.

Instituciones y gobernantes corruptos, políticos corruptos, dirigentes, nómbrelo usted. ¿Por qué hay tanta corrupción en nuestro país? Se preguntará. Empecemos por las palabras, por el sentido de las cosas. El enemigo ha logrado corrompernos e intentar cambiar el sentido de la vida y de la muerte, por ejemplo. La muerte ya no es la separación del alma y el cuerpo, en la que el alma según sus actos y el juicio de Dios goza de la paz y gozo en la eternidad, o la condenación. El infierno es una palabra para describir las guerras o las complicaciones de la vida personal. El cielo es solamente un lugar donde las nubes y los astros hacen su paso. El amor se ha reducido al sentimiento que dos personas de cualquier sexo sientan, ejemplos sobran. Incluso se llegó a alterar el mismo sentido común, el cual es la facultad natural de las personas por las que juzgan razonablemente su entorno y las «cosas» conforme a la recta razón.

Al haber corrompido el sentido común, las personas ahora juzgan la misma realidad y la naturaleza de forma errada. Este nuevo y fallado «sentido común» es el virus producido por las ideologías y sus intelectuales a través de todos los medios posibles. Quienes vienen trabajando y realizando esta labor desde hace tiempo atrás en nuestro país. Por ejemplo: ya no se habla de caridad sino de solidaridad; la primera es una virtud teologal cristiana, el segundo es la secularización del término y la corrupción del sentido del amor que debería contener la acción de dar y darse a uno mismo. Es a partir de aquí donde la corrupción empieza, veremos más adelante que los medios materiales se han convertido en fines en si mismos y absolutos de la sociedad boliviana.

(Continuará)

Jessé Mercado, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista 

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