En los últimos días toda Colombia conoció con asombro e indignación que Marelbys Meza, quien trabajó como niñera para la entonces jefe de gabinete de la Presidencia Laura Sarabia, denunció haber sido interceptada y sometida al polígrafo tras la desaparición de un maletín con miles de dólares ─según afirmó la propia Sarabia─ que estaba en la casa de la funcionaria.
El hurto fue denunciado el 30 de enero de este año, día en que a Meza le realizaron en tres ocasiones la prueba de polígrafo e iniciaron las «chuzadas» (interceptaciones) a su teléfono y al de otra empleada, autorizadas por un fiscal del departamento de Chocó al ser falsamente vinculadas con uno de los jefes del Clan del Golfo.
El interrogatorio de la exniñera de Sarabia se llevó a cabo en el sótano del Edificio Galán (adscrito a la Presidencia de la República y ubicado frente a la Casa de Nariño), adonde fue llevada por miembros de la Unidad Nacional de Protección (UNP), y al que ingresó por el parqueadero sin los procedimientos requeridos.
Meza también denunció que su hermano fue abordado e insultado por sujetos que le reclamaron el dinero perdido; y que pocos días después en la Terminal de Transporte de Bogotá ella y su familia fueron llevadas a un puesto de la Policía en el que requisaron minuciosamente sus maletas.
Los hechos denunciados por Meza todavía son objeto de investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación, entidad encargada de probar si la exjefe de gabinete de la Presidencia de la República fue quien ordenó las interceptaciones ilegales.
Pero la polémica creció más allá de lo que se esperaba, terminando con la salida de Sarabia de su cargo y de Armando Benedetti de la Embajada de Colombia en Venezuela, en un escándalo que parece lejos de su fin y del que seguirá dando cuenta esta agencia.
Agencia FARO, Colombia.
Deje el primer comentario