El día del niño tradicionalista: una celebración pendiente

es preciso recordar a nuestros pequeños el ejemplo de su santo y su papel de futuros soldados al servicio de la Causa

Imagen de Mónica Caruncho

En los años 30 del siglo pasado la Comunión Tradicionalista dispuso con gran sabiduría que anualmente se festejara el día del niño tradicionalista, y para ello fijó el 26 de junio, día de San Pelayo, el santo patrono de aquellos futuros requetés.

Los actos variaban según las regiones. Misas, desfiles, bailes, torneos deportivos, romerías, teatro, comidas, recitales, fuegos artificiales, conciertos, regalos… todo era bienvenido a la hora de conmemorar al santo mártir de la pureza y de entretener y formar a sus ahijados.

Aunque hoy por hoy no son posibles aquellas procesiones multitudinarias de pelayos, las familias (y los círculos) tradicionalistas pueden sin embargo celebrar a su manera esta fiesta católica y carlista, sea el mismo 26, el siguiente domingo, o cuando puedan hacerlo con más comodidad.

A los niños, por ejemplo, se les puede llevar a misa, que siempre está muy bien, y en ella, o en el rosario, habrá de proponérseles que recen por los demás pelayos de la Comunión. De ser posible, se pueden organizar las celebraciones con otras familias o círculos carlistas. Si no, algo tan sencillo como un pequeño regalo o una cena especial será de gran utilidad. En todo caso, es de recibo cualquier actividad que aliente en los niños y jóvenes el amor por la Tradición.

Pues de lo que se trata no es tanto de realizar concurridos actos con grandes festejos, sino de recordarles a nuestros pequeños el ejemplo de su santo y su papel de futuros soldados al servicio de la Causa y, por tanto, del Reinado del Sagrado Corazón de Jesús.

Juan Francisco de V., Círculo Tradicionalista Gaspar de Rodas.

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