
En el Estado pirata de «Israel» ─edificado sobre la sangre de miles de palestinos y sobre la violación de todo derecho─ las hostilidades contra los católicos por parte de los colonos judíos no cesan.
El mes pasado, el periodista Yossi Eli del Canal 13 se disfrazó ─previa autorización de los superiores de la Custodia de Tierra Santa─ con un hábito de la Orden de San Francisco y salió a caminar por las calles de la Jerusalén ocupada en compañía de un fraile, con el objetivo de evidenciar personalmente el odio del que son víctimas los cristianos en «Israel». Durante su recorrido los escupieron en cinco ocasiones: una vez por un niño y otra por un soldado, a quien Eli reclamó por su ruin conducta.
Y el 19 de julio, durante la visita de la ministra federal de educación e investigación de Alemania al «muro de las lamentaciones», el abad benedictino del Monasterio de la Dormición de María (que hacía parte de su comitiva) fue increpado por una funcionaria de la Western Wall Heritage Foundation, quien le dijo «¡Haz algo con ese crucifijo! ¡Es verdaderamente grande e inapropiado para este lugar!», aun cuando el prelado se encontraba por fuera del área de oración reservada a los judíos.
Estas dos noticias son apenas una muestra de las agresiones que a diario deben soportar los católicos en la Tierra Santa ocupada por el Estado de «Israel», y que son una continuación del odio que tuvo que padecer Nuestro Señor Jesucristo, despreciado por la secta farisea.
Agencia FARO
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