El retorno de los sacrificios humanos

ESTE DÍA BIEN PODRÍA PASAR A LA HISTORIA COMO LA FECHA EN QUE SE RESTAURÓ, OFICIALMENTE, LA ANTIGUA PRÁCTICA DE LOS SACRIFICIOS HUMANOS

Lámina del Códice Magliabecchiano

El 06 de septiembre del presente año 2023, la Suprema Corte de Injusticia de la Nación determinó la inconstitucionalidad de cualquier disposición legislativa que penalizare el aborto. Tiene, en consecuencia, los efectos de una despenalización total, aunque los códigos penales de algunas entidades federativas estén todavía por reformarse en ese sentido.

Para la determinación judicial señalada no se eligió una fecha fortuita. El mismo día se definió la candidatura del partido actualmente en el gobierno, de cara a las próximas elecciones, lo que aseguró la distracción de buena parte de la población. Asimismo, se trató del día de la Virgen de Guadalupe de Extremadura —en el antiguo calendario litúrgico—, por lo que la decisión no dejó de tener un significado simbólico en el país guadalupano por antonomasia.

Ya se había despenalizado el aborto parcialmente, según un sistema de plazos, en algunas entidades federativas, pero el día en comento bien podría pasar a la Historia como la fecha en que se restauró, oficialmente, la antigua práctica de los sacrificios humanos, después de 500 años de interrupción, llegando así el ciclo degenerativo republicano a su cénit. La ocasión ha sido motivo de gran celebración por los nuevos sacerdotes sacrificiales que, si bien pulcros y togados a la usanza moderna, tienen más sangre en las manos que el viejo Tlacaélel.

No sólo se ha legitimado constitucionalmente el sacrificio luciferino de muchos inocentes que tenemos la obligación de guardar (Gn. IV, 9) y cuya muerte sin haber recibido el bautismo privará de la visión beatífica, sino que se ha configurado ya la principal imputación que en el Juicio Final se nos echará en cara como nación, pues como el perro que ingiere su propio vómito, hemos retornado a nuestro antiguo pecado (Prov. XXVI, 11). Nótese que para ello no fue necesario el restablecimiento del culto pagano, con sus bailes y brujería, sino la difusión de la falsa religión de los derechos humanos, otrora condenada por el magisterio, pero ahora predicada con impudicia incluso por quienes se oponen a los sacrificios humanos, su consecuencia lógica.

Queda pendiente la manifestación de la ira divina que por causas similares nos ha azotado en el pasado, en forma de terremotos y otros desastres naturales. Commota est et contremuit terra; fundamenta montium concussa sunt, et conquassata, quoniam iratus est eis. «Conmovióse y estremecióse la tierra; los cimientos de los montes fueron sacudidos y quebrantados, porque se enojó con ellos» (2Sm. XXII, 8).

Rodrigo Fernández Diez, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta de Méjico.

 

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