La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, afirma que «no le consta que se esté especulando con el aceite de oliva virgen en España y si así fuese, habría que tomar medidas». Estas declaraciones las hizo a TVE, donde ha explicado que la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC) está vigilando la evolución del precio de venta del aceite.
En cambio, la organización de consumidores Facua ya ha denunciado que la garrafa de 5 litros de aceite de oliva virgen extra mismo producto, envasado en Jaén por Aceites del Sur-Coosur S.A., vale 14 euros más en el Corte Inglés en España que en Portugal.
También es de general conocimiento y ha causado indignación entre los españoles que el precio del litro en Irlanda sólo es de 4,70 euros, mientras que el precio medio en España (primer productor del mundo) se sitúa en 11,40 euros el litro.
La ministra achaca esta situación a la climatología. Resultan lamentables estas declaraciones y la justificación de unos hechos notorios que hace la ministra del ramo. Si no le constan, entonces es que es una mala ministra que no sabe dirigir su ministerio —la entrada de Arabia Saudí en Telefónica de España tampoco le constaba—. Pero si consideramos que, si hubiera elecciones, su partido recibiría millones de votos, entonces son sólo un pequeño indicador —haciendo abstracción de asuntos más graves— del grado de decadencia en el que el Régimen del 78 ha sumido a la sociedad española.
Agencia FARO
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