Crónica de la segunda edición de las Conversaciones del Escorial

Fotografía grupal de los participantes de las Conversaciones del Escorial. Agencia FARO.

El pasado fin de semana tuvo lugar la II edición de las Conversaciones del Escorial. Como saben ya nuestros lectores, dichas jornadas traen cuenta del proceso de crecimiento y desarrollo que viene experimentando la Comunión Tradicionalista desde los últimos años.

Las Conversaciones del Escorial tienen por finalidad hacer un balance de la labor realizada por los círculos durante el año, así como sentar las bases de la acción política en el curso que inicia. Además, el público al que se dirigen especialmente son los jóvenes de la Comunión, que los círculos presentan a la organización para asistir. Durante estos días, se ha podido observar la importancia de que los jóvenes conversen y convivan con las autoridades de la Comunión Tradicionalista, tanto de la Secretaría Política de S. A. R. D. Sixto Enrique de Borbón como de los respectivos Jefes de círculos.

Con la Misa tradicional comenzaban, pues, el viernes las Conversaciones. Tras la cena, a la que pudieron unirse algunos rezagados, se dio paso a la inauguración, que corrió a cargo de D. Miguel Ayuso, Presidente del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II. Los viajes obligaron a no demorar mucho más la actividad, por lo que, tras la inauguración, los asistentes se dispusieron al descanso para la jornada venidera.

El sábado arrancó con la celebración de la Santa Misa y el posterior desayuno. Comenzaba, tras un receso, el primer bloque de ponencias, siendo la primera a cargo de D. Juan Oltra (Círculo Cultural Alberto Ruiz de Galarreta), en torno a la significación política de la libertad, lo que dio paso, a continuación, a un interesante intercambio en torno a los riesgos de asumir concepciones equivocadas y tendenciosas. Por desgracia, limitaciones de salud impidieron la asistencia de D. José Miguel Gambra, que hizo llegar sus excusas y ánimos a la organización del evento. Le siguió en el uso de la palabra D. Javier Llidó (Círculo Molle Lazo), que trató el tema de la comunidad política frente a concepciones más cercanas al mundo conservador que, a la postre, acaban evidenciando sus equívocos, lo cual se trató también en el intercambio posterior. Tras el almuerzo y el descanso comenzaba el segundo bloque; éste ya no teórico, sino centrado en la militancia política. Disertó sobre el asunto, primeramente, D. Manuel Rodrigo (Círculo Vázquez de Mella), desarrollando un agudo análisis de los enemigos de la militancia, tema tristemente de actualidad. Tras el receso, le siguió D. Javier F. Sandoval (Círculo Hispalense), que expuso los deberes de la militancia en conexión con el orden justo, evidenciando la positividad de la doctrina tradicionalista, fundamento de su negatividad a la revolución. El día finalizó con el rezo del Santo Rosario, guiado por el P. Retamar, en la capilla de la casa. La cena permitió intercambiar los pareceres que ya se habían tratado durante el día, y aquilatar conversaciones mantenidas durante la jornada.

El Domingo se inauguró con la Santa Misa. Tras el desayuno comenzaba, por último, el bloque de acción práctica. La primera ponencia corrió a cargo de D. Luis Infante, que insistió en la importancia de los círculos y la coordinación de éstos en la acción común; intervención nutrida por los numerosos datos de historia de la Comunión Tradicionalista que el ponente ha vivido fruto de tanto años de servicio. Por último, Daniel D. Herrán (Círculo Molle Lazo) desarrolló una ponencia de consideraciones prácticas en torno a los apostolados de la Comunión Tradicionalista, desde presenciales como virtuales.

El almuerzo dio paso a la clausura de las jornadas, realizada por D. Miguel Ayuso, quien insistió en el homenaje a los ausentes que no pudieron acompañarnos por motivos ajenos a ellos, subrayando los nombres de D. José Miguel Gambra y el Rvdo. P. D. José Ramón García Gallardo.

Se presenta, así, ante nosotros un balance más que satisfactorio, que nos empuja a la militancia al servicio de Cristo Rey; no bajo banderas nuevas, ni adulteradas, sino al servicio de la empresa común hispánica que custodia la tradición católica desde que el liberalismo hizo presa en nuestra patria: el carlismo. Damos gracias a la Providencia por concedernos estos excelentes días de trabajo y rogamos que nos acompañe en su llevada a término como corresponde.

 

Agencia FARO

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