ESPAÑA, MADRID – Las exportaciones en fruta y hortaliza de España vuelven a caer otro 8% entre enero y junio de 2023. El director de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), José María Pazancos, informó a TVE del desplome de la producción española ante la competencia feroz de otros productores como Marruecos o Turquía.
Además del castigo que revelan los datos en el terreno internacional, también encontramos afectada la venta nacional de nuestra propia producción. La importación frutera y hortelana aumenta un 14%, en buena medida de mano de esos competidores.
Estos datos se hacen públicos mientras tiene lugar la Semana Agroalimentaria en España, con las ferias de Fruit Attraction y Conxemar.
El director de FEPEX explica que Marruecos, Turquía o Egipto son «competidores muy agresivos», ya que gozan de «costes laborales y sociales diez veces inferiores a los nuestros» en su producción, afirma Pazancos.
Las declaraciones coinciden con lo que hemos podido informar anteriormente: las condiciones laborales y la calidad de la producción de países como Marruecos son extremadamente pobres. En esa tesitura se produce gran cantidad de producto de ínfima calidad que puede liquidarse a bajo precio.
Aunque el comodín explicativo de esta desventaja competitiva se achaca al cambio climático incluso desde la Televisión Española, lo cierto es que los Tratados europeos de libre comercio son la causa de este desastre. La producción española no es capaz de competir por los requisitos de cultivo que imponen las leyes de la Unión Europea y el seguimiento burocrático de Bruselas: esto limita tanto nuestra producción como nuestra capacidad de comercio.
Sin embargo, los Tratados europeos permiten entrar a nuestro mercado alimentario esos otros productos sin garantías de calidad. Por esto es imposible competir en razón de costes y de precio de distribución final.
Algunas de las propuestas para mejorar la producción agraria resultan chocantes. Ana Hernández, del departamento de Investigación más Desarrollo (i+D) del Grupo Paloma, informa también a TVE que es preciso reducir la «huella hídrica» e implantar «foltovoltaicas».
Es decir, por una parte, reducir el riego de los cultivos (no mejorarlo). Y, por la otra, fomentar una infraestructura que destruye grandes superficies agrarias y empobrece los suelos, además de requerir importantes cuidados, gastos de agua y que produce residuos altamente tóxicos.
Agencia FARO/Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid. R. Moreno
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