Por treinta monedas, no queremos que éste reine sobre nosotros (II)

LA EDUCACIÓN EN GUATEMALA DESDE FINALES DEL SIGLO XX HA DEVENIDO EN UNA ENSEÑANZA LAICA MEDIOCRE QUE EN SU MAYORÍA ES REDACTADA POR IDEÓLOGOS A FAVOR DEL MOVIMIENTO GUERRILLERO

La captura de Cristo, Caravaggio

El segundo motivo es el más evidente y alarmante. La descristianización de Guatemala, proceso que lentamente desde 1821 viene produciéndose, como una metástasis en la sociedad, tan solo con una pausa durante el régimen de Rafael Carrera. Desde la proclamación de la libertad de cultos, pasando por el divorcio, el matrimonio civil y la educación laica por parte de Mariano Gálvez a mediados del siglo XIX, hasta la definitiva rebeldía contra Dios y su Iglesia impuesta por el liberal Justo Rufino Barrios que, no contento con eso, permitió el ingreso de protestantes a Guatemala para que se asentaran, además de concederles tierra a los masones.

Desde ese entonces se viene intentado descristianizar a Guatemala, con resultados muy favorables. A partir de la mitad del siglo XX, en especial durante la guerra civil de Guatemala, la venida de «misioneros» protestantes, el ascenso al poder de los mismos; este culto apostata y demoníaco proliferó, con su relativismo doctrinal y con su odio a la tradición y logró aniquilar la identidad de pueblos enteros, además de beneficiar la entrada de ideologías peligrosas, el protestantismo y sus ramas son las mil puertas para salir del cristianismo. El otro factor relevante de la descristianización se debe también a la modernización del clero guatemalteco, que fue infestado por la teología de la liberación y con el agravamiento del concilio Vaticano II la situación empeoró; se dejó de hablar de Dios en las iglesias y se puso al hombre con sus «derechos» en su lugar. Así, se dio una migración (que no ha parado) hacia el protestantismo, que habla de Dios pero con intenciones perversas. Esto, agravado por el hecho de que muchos sacerdotes organizaban a las guerrillas e incluso algunos renunciaban a su vocación para enlistarse en sus filas, llevó a la diseminación del rebaño, que empezó a caer en garras de los lobos. A tal punto arraigó el protestantismo que durante algunos años ocurrieron atentados contra las iglesias, en especial a los cortejos en Semana Santa. ¿Por qué? Porque las procesiones eran el reducto de esa tradición tan someramente defendida por el concilio, era lo que le quedaba al pueblo, de ahí que había que atacarlo para terminar con esa tradición católica, ¿Por qué el pueblo se aferró a su religiosidad popular? La relativización de la doctrina y la cuasi desacralización litúrgica llevó a la gran parte del catolicismo a aferrarse a sus imágenes de devoción que les ofrecía esa cercanía y consuelo con Dios, que no encontraban en la misa debido a la teología de liberación. Esto detonó a la religiosidad popular que, poco a poco, en el ideario popular fue quitándole relevancia a la misa y a la doctrina, de ahí que si bien Guatemala es un pueblo muy fervoroso con sus imágenes y procesiones, por dentro la inmensa mayoría no tiene doctrina católica, sino ideologías. Esto representa una de las victorias mas grandes de la revolución liberal: dividir un país, por un lado, dándole la libertad del error en el protestantismo y, por otro la libertad del error, pero con un toque católico.

Lo cual nos lleva al tercer punto, que es el hijo por excelencia de la revolución liberal y, a mi parecer, lo más fundamental de la victoria de Semilla. Me refiero a la educación laica. Como pudimos observar, el empeño en imponer la educación laica en el país viene desde mediados del siglo XIX y se fue arraigando en el tiempo hasta ser un dogma en estos días. La educación es lo más importante para el sobrevivir del saber y, en nuestro caso, el sobrevivir de la tradición y del catolicismo; de ahí que la criptocracia internacional no haya descansado hasta infectar con sus venenos demoniacos la educación. Bien lo decían los miembros de la «Venta Suprema» de Italia en el siglo XIX: «Para matar con toda seguridad al mundo viejo, hemos creído preciso ahogar el germen católico y cristiano. Y ¿de dónde viene ese germen católico después de la familia? De la educación, y ¿Dónde se podría ahogar el germen católico que pudiese venir desde casa? En la enseñanza: la educación en Guatemala desde finales del siglo XX ha devenido en una enseñanza laica mediocre que en su mayoría es redactada por ideólogos a favor del movimiento guerrillero, una enseñanza con leyenda negra hacia España y hacia toda su obra en América, con un indigenismo rampante, acompañado de un adoctrinamiento liberal, y de una catequesis basada en el humanismo cristiano. No hay clases serias de lógica, moral, filosofía o retórica, y para qué hablar de teología. Tampoco se fomenta el patriotismo. Se fomenta lo contrario: el odio a la patria.

(Continuará)

[1] La Revolución de 1789, Monseñor de Segur; Capítulo VIII

Carlos Rene Monterroso Colindres, Círculo Tradicionalista del Reino de Guatemala

Deje el primer comentario

Dejar una respuesta