
Octubre es un mes ideal para recordar el descalabro boliviano que se desató en 2003 y que terminó con la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Las consecuencias de los hechos las dejaremos para analizar en otra ocasión; por ahora, resulta interesante centrarnos en las causas: ¿qué fue lo que llevó a Bolivia a semejante convulsión?
Un documental que podría ayudarnos a responder tal incógnita es Our Brand is Crisis (2005), que cuenta sin pelos en la lengua cómo se cuece el negocio de la democracia. El filme narra las tácticas de mercadeo utilizadas en la campaña política para las elecciones presidenciales de 2002 en Bolivia.
Particularmente, relata las artimañas de la compañía Greenberg Carville Shrum (GCS) para dar victoria a Gonzalo Sánchez de Lozada, conocido como «Goni», por encima de Evo Morales, quien por aquel entonces era un simple líder cocalero y agitador de masas. Ambos candidatos muy malas opciones, pero que coincidieron en una época y circunstancias muy desafortunadas en un país muy dividido.
El documental muestra con increíble espontaneidad cómo una empresa estadounidense asesoró a un candidato en un país tan pobre para manipular a la gente de manera tan sofisticada y exitosa. Goni, ya anteriormente presidente de Bolivia en la gestión 1993-1997, había implementado medidas políticas de capitalización: liberalismo económico y privatización de empresas. Sin embargo, le criticaban no haber cumplido todas sus promesas electorales, por lo cual se vio obligado a requerir los servicios de especialistas como los de GCS, compañía que ya había hecho a Bill Clinton ganar las elecciones presidenciales de EEUU en 1992.
La idea central que ayudó a la campaña de Goni a tener éxito es: «Estamos en crisis». La consultora GCS se propuso el reto de hacer creer a los bolivianos que Goni era el candidato ideal para vencer la difícil situación monetaria del país. Así, Sánchez de Lozada, militante del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), manejó como lema de campaña: «¡Sí se puede!» (salir de la crisis).
James Carville, uno de los consultores de GCS, expresa en el documental una reflexión muy significativa acerca del método utilizado para la campaña: «La gente cree en la solución definitiva, en el santo grial. Creen que alguien sabe y, si se divulga esa información, desaparecerían todos los problemas. Hay quienes creen que yo tengo esa información. La idea es: me halaga que piensen eso de mí, pero no es cierto; pero al menos ponen atención a lo que tengo que decir». En otras palabras, nos revela que hay candidatos y partidos conscientes de que no van a resolver problemas, pero que quieren hacer a los votantes creer que sí lo harán, y lo logran.
Tal vez Jeremy Rosner, otro consultor de GCS, dice la frase más emblemática del documental: «en parte, es nuestro negocio; nos pagan por hacerlo. No es un trabajo voluntario ni caritativo». Ahí está, él reconoce que la democracia es un negocio, y uno muy rentable. Nosotros añadimos: mueve millones de dólares y despierta la codicia de personas que quieren dinero fácil y rápido sin demasiado esfuerzo.
Hay algo más que dice Rosner a lo que vale la pena prestar atención: «Para mí y para mis socios, estamos en esto no sólo porque creemos en la democracia, sino en un tipo de democracia concreta, que es la democracia progresista y social bastada en una doctrina moderna de libre mercado con amplios beneficios». Nosotros añadimos: ellos (los defensores del democratismo) creen, no en una democracia como una forma más de gobierno, sino como fundamento de gobierno, con sus propios principios inamovibles e incuestionables.
Cabe también destacar otra frase importante de Rosner (que la dice como expresando su temor): «Si la democracia no da beneficios a personas promedio, esa persona no tendrá un profundo compromiso filosófico con la democracia». Las compañías que asesoran campañas políticas se benefician enormemente de la democracia moderna, y por eso les preocupa arraigar en la mentalidad popular un alto compromiso con los principios democráticos.
(Continuará)
Puede leerse aquí la segunda parte del artículo.
Lucas Salvatierra, Círculo Tradicionalista San Juan bautista.
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