La Comunión Tradicionalista es la continuidad de las Españas. El arca donde se han salvaguardado sus cimientos, se han acunado sus retoños, se ha amado y alentado su raíz.
De tal manera, no puede comprenderse qué es la Comunión sin saber qué es España. Supuesto su principio remoto en la civilidad romana y su imperio católico, España toma prestancia propia luego como monarquía. Poco después, premió el Señor la fidelidad cristiana de los españoles procurándoles que esa monarquía fuese católica desde el III Concilio de Toledo (año 589).
Y estos son los dos rasgos característicos de lo que es y ha sido España: una monarquía católica. La catolicidad ortodoxa es el primer principio de gobierno y pertenencia política de estos reinos. El regimiento real, la garantía de su paz y defensa natural y sobrenatural.
Como es obvio, hay un aspecto convencional en la vida de los pueblos, y el desarrollo histórico de estos principios en múltiples circunstancias coronaría la fisionomía de las Españas (Pérdida de España-Reconquista-Contención del otomano y el protestante-Fundación hermanada de las Américas).
Sin necesidad de bajar a los detalles menudos, distinguimos que esa institución monárquica es templada o mixta. Hay participación de múltiples instituciones de la aristocracia noble y del pueblo en las instituciones que auxilian al gobierno (alcaldías, Cortes, cursus honorum, etc.).
Interesa destacar que a la monarquía se debe tanto la unidad como la buena armonía entre elementos tan plurales (regionales, jurídicos, gremiales, etc.). A la postre, esa diversidad interna arraiga en una unidad que es primera o previa. Y es que el rey supone el principio jurídico de todo el orden. En efecto, en nuestros reinos hallamos las Cortes, donde en ciertas circunstancias se elaboran expresiones como las leyes fundamentales. Pero fue el rey quien les dio tales poderes y las constituyó, e igualmente las preside y las oye. Lo mismo que fue el rey quien otorgó las cartas pueblas y los fueros.
Así, la diversidad y peculiaridades jurídicas provienen de una unidad que es necesariamente anterior, que es la del reino en torno a la monarquía, en torno al rey. Lo mismo, el rey dará continuidad a todo ese orden de vida armónica y de cuerpos de leyes.
Esto explica la incipiente vida de la España visigótica, la de cada reino cuando tuvo que afanar suelto en la reconquista, y explica la reunificación subsiguiente. Y es que la continuidad no es mera sucesión cronológica, sino sostén y avivamiento de los mismos fundamentos y principios.
Roberto Moreno, Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid
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