Reverendo Padre Don Andrés Manjón

Retrato del Padre Andrés Manjón. IDEAL

La Santa Sede ha declarado Venerable al Rvdo. D. Andrés Manjón, reconociendo sus virtudes heroicas y dejando expedita su beatificación. Hombre con fama de humilde y austero, fue canónigo de la Abadía del Sacromonte de Granada y prestigioso académico en el ámbito del Derecho Canónico y Público Eclesiástico. Es sobre todo conocido por fundar las Escuelas del Ave María y por su obra pedagógica.

La pedagogía manjoniana, también llamada avemariana, constituyó una auténtica renovación de la enseñanza que no perdió de vista la Tradición. Con razón su nombre es alabado por Manuel Polo y Peyrolón en su Credo y programa del partido carlista (1905), que rescata la siguiente cita del Venerable:

«el anarquismo no sólo es liberalismo, sino el hijo más noble, honrado y consecuente de su padre, el único que tiene valor para sacar las consecuencias que se encierran en el mal principio que le engendró».

Enemigo acérrimo de las escuelas laicas, D. Andrés Manjón también dejó escritas cosas como ésta:

«Yo creo que, bajo el punto de vista religioso (del cual brotan el orden moral, social y político en su fondo), todas las Escuelas, altas o bajas, chicas o grandes, se pueden clasificar en dos grupos: Escuelas de Dios y Escuelas del Diablo. En otras palabras: por lo que hace a religión, y en nuestra Patria y raza, las Escuelas se dividen en cristianas y no cristianas o laicas, esto es, en amigas de Cristo y de los cristianos o enemigas de Cristo y de los hombres e instituciones todas del Cristianismo en cuanto tales».

En las escuelas del padre Manjón podía haber niños apocados y cobardes, pero no traidores o apátridas. Como señalaba el padre agustino Jesús Delgado, el patriotismo para Manjón es lazo que junta en un haz todas las demás virtudes. La virtud patriótica hace del hombre un soldado que sirve a su patria, no sólo en las filas de la milicia, sino en todos los estados, en todos los actos y en todos los instantes de la vida.

El hombre no puede dejar de ser parte integrante de su patria, por ley de naturaleza debe mirarla como la parte al todo. Debe amarla, como el hijo a su madre; servirla, como el vasallo a su reina; defenderla, como al hogar paterno; estimarla, como el heredero a su único patrimonio; mejorarla y acrecentarla, como los hijos nobles y bien criados el radio de su hacienda y la gloria de sus antepasados. Velando y durmiendo, el hombre debe ser patriota. El aliento de la vida debe ser para quien nos da la vida.

Es una lástima que haya sido declarado venerable por los mismos que han «beatificado» a otros personajes más que sospechosos de complicidad con el liberalismo y el modernismo. De esta manera, los verdaderos santos y beatos, como el padre Manjón, quedan confundidos y devaluados.

En cualquier caso, no es de extrañar que la noticia haya pasado inadvertida en los medios generales.

Rodrigo Bueno, Círculo Tradicionalista de Granada “General Carlos Calderón”