El aceite de oliva abandona nuestra mesa

LA ACEITERA SE AUSENTA DE LA YA ENCARECIDA TOSTADA DEL DESAYUNO

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El aceite marca nuevos precios históricos: el virgen extra alcanza los 9,2 euros/kilo en origen.

El producto estrella de la cocina tradicional española abandona nuestra dieta por la puerta de atrás, descendiendo su consumo, el pasado año, un 47%. Esto supone un cambio en los hábitos alimenticios de los españoles, a los que freír les supone un lujo y aliñar una costumbre en retirada, según un análisis realizado por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) y el Grupo Oleícola Jaén (Baeza).

Así se abre paso el aceite de orujo, creciendo un 157,18%, y en precio un 17,14%. Y a la par los aceites de oliva intensos disparan su precio al 50,2 por ciento, y los suaves lo hacen en un 53,4%. Aún así, no se ha trasladado el cambio en nuestras mesas a los volúmenes de negocio, que crecen respectivamente en un 22,3 y 46,7%.

La aceitera se ausenta de la ya encarecida tostada del desayuno (tanto es así, que difícil es encontrar cafetería donde desayunar sin que nos sirvan el aceite por monodosis), mientras se abren paso en el mercado las llamadas «freidoras de aire», que aumentan su demanda en un 157 por ciento. Artilugio que promete cocinar sin casi aceite, ajeno a nuestra cultura, que nunca vio con buenos ojos preparar manjares con chorros de aire caliente, a modo de anticiclones. Pero ya ha encontrado hueco en las encimeras, donde en cada almuerzo se rocían las carnes con un aspersor cual desodorante al sobaco del filete de cerdo.

Pero esa mitad de españoles que ha dejado de comprar aceite también lo ha hecho con el pescado y la carne, que en su conjunto acumulan una subida en el 2023 de más de 24 por ciento. Según encuesta de FACUA, entre el 50% y el 45% han reducido también la compra de fruta y verdura fresca, y que un 30% reconoce que ha reducido también la compra de lácteos.

Entonces, ¿sufríamos antes de obesidad en un exceso de gula? En absoluto. El «Informe Kellogg’s sobre pobreza alimentaria en España», realizado en el año 2023, revela que un 26% de los españoles se salta comidas para ahorrar en gastos. Pero si descendemos en ingresos, los hogares con rentas inferiores a 15.000€ anuales ese porcentaje asciende al 41%.

Pero que nadie piense que esto es fruto de una crisis de las instituciones democráticas o de Pedro Sánchez, pervertidor de este maravilloso régimen de abundancia y placeres: Alemania ha pasado del 8% de familias en carencias alimentarias en 2016 al 36% en la actualidad.

Ya no vale la pena pagar la luz por enchufar un frigorífico cada vez más vacío.

Roberto Gómez Bastida, Círculo Tradicionalista de Baeza

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