
El Estado moderno no es el gobierno natural de los pueblos. Es un aparato artificial, una criatura postiza y parásita. Un instrumento creado con el propósito de destruir los pueblos y malearlos según una nefasta ideología. Mancillarlos con esa herejía política que es la Revolución.
Para poder construir sobre los pueblos sus horribles fantasías, el Estado moderno necesita cumplir varios objetivos. Primero debe derrumbar el orden de tradición de los pueblos que asalta. Debilitar y dividir sus instituciones, las partes y órganos de su régimen. En segundo lugar, necesita saquear a sus habitantes.
El fin del saqueo se destinará a herramientas, secuaces y aparatajes con que seguir destruyendo. Artificios con que reemplazar las instituciones naturales de los pueblos. Así arruina la vida natural de las naciones.
El saqueo de impuestos ilícitos que sufrimos no se justifica en la necesidad del orden político. Desde luego, es justo por naturaleza que existan tributos proporcionados. Pero los impuestos de nuestro tiempo no buscan defender la sociedad. Su fin es saquearla materialmente, impedir la restauración de sus instituciones naturales: la familia, el municipio, el gremio y la región.
Luchemos por arrancar de la encina de España esta hiedra que la consume y la sofoca. Salgamos de la más pobre de las esclavitudes. Dejemos de servir a lo mismo que nos destruye.
Gabriel Sanz Señor, Círculo Antonio Molle-Lazo de Madrid.