Inmigración y estrategia

Sucede a veces. En la prensa de la derecha se cuela algún asunto de política real. Marruecos desborda las Canarias con una nueva «marcha verde», y el Gobierno nos trae a casa millares de inmigrantes indocumentados.

ABC dedica toda la plana al escándalo. Apunta la vulnerabilidad estratégica de España: «EE. UU. ignoró» a España en el pacto sobre el Sáhara. ¡Ojalá fuera sólo eso! Nos desampara el gran gendarme, en quien hemos confiado toda nuestra seguridad militar. El yanqui avitualla el ejército marroquí, el más poderoso de África, con un armamento cada vez más moderno. El desaire de Marruecos en la cumbre bilateral anuncia una escalada de tensión en las Españas africanas de Ceuta, Melilla y Canarias. Vienen años agitados.

Con inusual acierto, El Mundo desmiente a Marlaska: hay un traslado continuo de los inmigrantes llegados a Canarias a la Península. Incluso aclara que entre ellos no hay «mujeres ni niños». Son todo hombres jóvenes y fuertes, y con muestras de organización. La Razón también denuncia la constante recepción de irregulares, pero dedica su portada al otro fetiche de la derecha. «Contrataque de Zarzuela». Los conservadores se cansan de tratar política urgente, y echan palmas a la dinastía usurpadora.

El timón político del régimen escribe sin duda en El País. El diario progresista, auténtico sostén y modelador de las instituciones del 78, protege con mayor eficacia la actual Jefatura de Estado. Ante el escándalo fiscal del usurpador Juan Carlos, sólo menciona  las disposiciones de Hacienda, muy de pasada. Del mismo modo, el diario ignora el evidente traslado de inmigrantes. Lo que no se menciona no es problema.

El País sabe qué es útil para deslavazar los restos de comunidad natural y cristiana. Apreciando la utilidad del trampantojo pseudomonárquico, lo preserva un poco más y continúa su labor. La primera plana de El País celebra con satisfacción morbosa la legalización del infanticidio en Argentina.

Después de estas diferencias, la prensa vuelve a su homogeneidad habitual. El decano progresista recuerda la agenda climática: «La UE eleva la reducción de emisiones al 55%». La Vanguardia se hace eco obedientemente. También en prensa, la derecha prepara y luego asienta los avances políticos de la izquierda.

Pocas ilusiones podemos hacernos de los conservadores ante la situación migratoria y estratégica. El PP de Aznar acabó con el servicio militar obligatorio. Inició la inmigración masiva con tres millones de inmigrantes. Debilitó el ejército y lo entrampó todavía más en la OTAN. Quizá pronto nuestro mermado ejército, con armamento obsoleto y sin capacidad de levas, deba enfrentarse al marroquí. Un ejército grande, modernizado, moralizado y al frente de un país que recuperó su servicio militar obligatorio el año pasado.

Roberto Moreno, Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid.