
Ciudad de Méjico.- El domingo 10 de marzo, fecha marcada en el calendario tradicionalista con la leyenda «Mártires de la Tradición» algunos miembros del Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta adornaron su cabeza con la boina roja con la que homenajeaban a aquellos héroes que han perecido a la sombra de la bandera de Dios, Patria y Rey ,y después de acudir a la Santa Misa con la doble intención de cumplir el Tercer Mandamiento y de sufragar las almas de los mártires, se dieron cita en la Monumental Plaza de Toros México, que providencialmente anunció corrida esa tarde, y aprovecharon la ocasión para hacer presencia pública en la ciudad y también para mantener viva la tradición taurina en la capital que unos cuantos vende-votos quieren suprimir. Con una buena entrada, un encierro bien presentado y una terna de matadores de ambos lados del Atlántico, en La México se dejaron ver boinas rojas por el tendido y unas aspas con la corona de la Monarquía Legítima ondeando desde el balcón en la airosa postal que ofrece el Coso de Insurgentes.
EL EXTREMEÑO CONQUISTÓ [LA] MÉXICO.
La historia, maestra de la vida, usa diferentes métodos pedagógicos para enseñarnos que la vida forma ciclos y en más de una vez estos ciclos resultan ser hasta poéticos. Hace poco más de 500 años un capitán extremeño de felicísima memoria, don Hernando Cortés, conquistaba con genialidad militar la capital de los mejicanos y este 10 de marzo pasado otro extremeño, (nacido en Baleares pero extremeño igual) Antonio Ferrera, conquistó la Monumental Plaza de toros de la capital de los mejicanos «La México» con su habilidad artística y gran sentimiento torero.
Entre Nona y Vísperas, el reloj monumental marcó la hora de inicio del festejo trágico y el tradicional Cielo Andaluz acompañó a los diestros desde la puerta de cuadrillas hasta el palco del juez. Un joven Francisco Martínez confirmaba la alternativa y el veterano tlaxcalteca Uriel Moreno «el Zapata» completaba la terna.
El primer toro de Ferrera dejaba a algunos indecisos hasta que una fulminante estocada hizo rodar sin puntilla al burel al que le cortaron dos orejas. El segundo toro del diestro fue una danza de pases al natural que iban y venían por toda la arena capitalina haciendo vibrar a todos los espectadores en los tendidos y seguro más de uno se asomó desde el cielo al ver tal genio pero penosamente un pinchazo dejó al matador sin premios aunque dio la vuelta al ruedo donde entre los sombreros y los claveles, una boina roja le presentó sus respetos. La puerta grande ya la tenía asegurada a la que los correligionarios lo acompañaron ceñidos de sus boinas rojas desde el túnel hasta la calle.
Finalmente ya en la penumbra de la noche en una calle aledaña a la plaza, un hombre al ver pasar unas boinas rojas grita: «¡Viva el Requeté! ¡Viva España!» Todos los días pero especialmente cada 10 de marzo en cada punto del mundo hispánico: ¡Vivan!
Los correligionarios volvieron a reunirse el próximo sábado 16 de marzo en el Árbol de la Noche Triste para seguir con los festejos por los mártires de la santa Causa.
Agencia FARO, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta.
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