El domingo 13 de diciembre apareció en el diario electrónico liberal El Español una entrevista de la que no se sabe qué destacar más: si los disparates, las mentiras o las simples mentecateces que va respondiendo el entrevistado. O sus elocuentes silencios. El expríncipe Carlos Javier, más ajeno que nunca a la Causa y a la Patria de sus antepasados. Y a su Dios.
El Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista, Profesor José Miguel Gambra, ha enviado la siguiente carta al director de El Español.
Madrid, 14 de diciembre de 2020
Sr. Director de EL ESPAÑOL
Madrid
Señor Director:
Su diario digital publica ayer día 13 de diciembre una entrevista de Daniel Ramírez García-Mina a Carlos Javier de Borbón Parma. Como el entrevistador parece perspicaz y además no es lego en asuntos del Carlismo, es forzoso concluir que la intención de la entrevista es hacer unas risas a costa de un «pretendiente» carlista. Porque las respuestas de Carlos Javier son una mezcla asombrosa de ignorancia y desvergüenza, con tan poco respeto por la verdad que a veces suena como el Presidente del Gobierno de España.
Ésta es la razón por la que la entrevista resulta fallida. O tal vez no… Que Carlos Javier ose decir que su tío Don Sixto Enrique «no tiene relación alguna con el carlismo» ha provocado carcajadas en la vida real y en las redes sociales. Porque quien no tiene relación alguna con el Carlismo es, precisamente, el expríncipe Carlos Javier, a quien no reconocen ni siquiera los mínimos restos del falso «Partido Carlista» que su padre Carlos Hugo fundara y luego abandonara.
Además, Carlos Javier ni siquiera es católico. Lo demuestra cuando evita responder al entrevistador sobre Dios, o cuando afirma el grotesco disparate de que los carlistas fueron al Alzamiento de 1936 «por defender el derecho a la libertad religiosa». Con eso sólo ya quedaría ilegitimado para el carlismo verdadero.
Desde luego, acierta al decir que él, Carlos Javier, no puede «cambiar las leyes de familia, y las leyes de la Casa Real y Ducal de Borbón Parma son muy claras». No se trata propiamente de «leyes de familia», sino de leyes sucesorias y normas dinásticas. Pero sí, son muy claras. Y excluyen de sucesión y títulos no sólo a Carlos Hugo Klynstra —el primer hijo de Carlos Javier, extramatrimonial, quien hubo de recurrir a los tribunales para obtener su reconocimiento— sino a la esposa y a los demás hijos de Carlos Javier. Y a Carlos Javier mismo, quien queda así relegado a las páginas de humor de EL ESPAÑOL.
Publicado en la página de la Comunión Tradicionalista.
