Tras la representación de Salamanca, habló el profesor Luis María de Ruschi en representación de los Círculos del ultramar atlántico. Su amistad fue al comienzo virtual, pero posteriormente se selló en persona.
Luis Infante en la Comunión ultramarina
Sucedió en un viaje con el padre don José Ramón García Gallardo, donde pudo «disfrutar a Luis» en su amplitud. El señor Infante ha supuesto un gran referente para los tradicionalistas de ultramar.
Siempre puso sobrealerta frente a las pantomimas y falsarios de la tradición, ante las tentaciones deletéreas, contra los enemigos que se aproximaban, lobos vestidos de cordero.
En una palabra, Luis María de Ruschi destacó cómo don Luis actuó permanentemente como un apoyo corrector, tanto en lo formativo como en lo prudencial. Ha supuesto una compañía a la distancia, paradójicamente.
Porque, pese a la distancia o al breve trato, se repite el calificativo de insustituible. Tristísima noticia es su pérdida, pues los que lo trataron, presencialmente o a distancia, le guardaban una enorme estima.
Luis Infante junto al Jefe Delegado y Su Alteza Real
En la última intervención, don José Miguel Gambra manifestó la intención de decir tres palabras muy medidas, habiendo pensado en ellas. Su relación con Luis se desarrolló a lo largo de mucho tiempo mientras don José Miguel fue Jefe Delegado.
Años y trato que recuerda el profesor con verdadero cariño. Pues a don Luis le debe mucho la Comunión Tradicionalista. Destacó la participación importantísima en la reconstitución de la Causa, en torno a S.A.R. y a don Rafael Gambra como Jefe Delegado del Señor.
Hizo gala de un carácter sin vacilación, en el que no existía la duda ni lo opinión. Ha sido ejemplo de la entrega de la vida y hacienda por honor de Dios que deben hacer los cristianos y patriotas leales. En ese espejo y en esa labor, en gran parte nos lega esta continuidad de España, que es la Comunión.
Después de estas palabras, se transmitió telemáticamente un vídeo homenaje preparado por Jaime Alonso, en representación de la Comunión Tradicionalista en Galicia.
Luis Infante y su entrega a la Religión
Para clausurar la sesión, don Miguel Ayuso retomó la palabra para recordar algun aspecto que hubiese podido quedar en el tintero. También, para insistir en las obras más relevantes de don Luis.
Comentó algunas referencias en prensa de los obituarios de Luis, que se dieron en los últimos días. Recordó alguna de las más brillantes ponencias del señor Infante, como una célebre relección sobre la situación sucesoria o su aportación al Congreso de los 175 años de Carlismo.
Se hacen oportunos los trabajos de continuidad y recuperación de su legado, menos modesto de lo que él pretendía. Todos los ponentes remarcaron sus singulares dotes y su singular carácter, y don Miguel profundizó en cómo, pasados ciertos momentos de irritación, ese carácter se tornaba fecundamente constructivo y portentoso.
Y es que ese modo de ser, al fin y al cabo, le brindaba a Luis su enorme capacidad política y prudencial. Así, concretaba sagazmente esa dogmaticidad de base para el bien de Dios y de España.
Probablemente, su trabajo más monumental ha sido Agencia FARO. Don Luis se concentró en ella con una perfección verdaderamente inaudita. Perfección que exigía y que aplicaba.
Como palabra penúltima, don Miguel atajó algunas objeciones o reproches que a veces se encuentran. Cuando se achaca sobre Luis unas dotes desaprovechadas estamos ante un juicio no sólo relativo, sino quizá injusto. Porque lo que no se aprovechó en un lugar, se aprovechó en otros quizá más pertinentes.
Finalmente, don Luis realizó una feraz, constante y firme defensa de la obra de Marcel Lefebvre. En el amparo y promoción de la Hermandad Sacerdotal San Pío X se encontró siempre la vieja guardia de la Comunión, donde ocupó un lugar señalado el señor Infante.
En esos trabajos en cuanto se radicaron en España, destacó desde los inicios de la Hermandad don Luis Infante, quien fue también seminarista de la misma en el seminario estadounidense.
Agencia FARO/Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid
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