Méjico: crónica del acto de desagravio del día 07 de mayo de 2024

El Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta de la Ciudad de Méjico llevó a cabo, frente al recinto señalado —pero mirando hacia el ayate de Nuestra Señora en la Nueva Basílica—, el acto de desagravio, consistente en el rezo del Santo Rosario

Como se anunció en días pasados, el día 07 de mayo de 2024 la Arquidiócesis Primada de Méjico llevó a cabo un ritual u oración «interreligioso» en la Antigua Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, hoy Templo Expiatorio de Cristo Rey, con la intención de fortalecer la práctica republicana consistente en la celebración de comicios electorales y la fraternité revolucionaria universal.

Según las redes de la propia Arquidiócesis acudieron al evento el Obispo Auxiliar de Méjico Francisco Javier Acero, el Arzobispo Ignacio Samaan de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía, el Arzobispo Antonio Alejo de la Iglesia Ortodoxa OCA (Orthodox Church in America), la «obispa» Sally Sue Hernández de la «iglesia» anglicana, la «reverenda» María de Lourdes Gutiérrez de la «iglesia» luterana, el «pastor» Miguel Ortiz Saavedra de la «iglesia» Evangélica del Pacto, el «obispo» Agustín Altamirano Ramos de la «iglesia» metodista, el rabino Marcelo Ritter de la sinagoga Bet-El, la señora Anuradha Carrillo de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna y el señor Palwam Kaur de la Comunidad Sikh (o Cipaya).

Se trató, en otras palabras, de un evento al que concurrieron los credos más dispares, incluyendo algunos invitados de tierras lejanas para ilustrar el sofisticado cosmopolitismo de sus organizadores, extravagancia necesaria ante la imposibilidad de invitar paganos locales —como los adoradores de la «Santa Muerte» y los brujos caribeños—, pues tan escandalosa honestidad revelaría la incongruencia de participar en rituales y oraciones «interreligiosos» con los seguidores de cultos demoníacos, prefiriéndose la importación artificial de paganos exóticos cuyos cultos tienen nula presencia en el país, pero cuyos atuendos son lo suficientemente llamativos como para simular una reunión de las Naciones Unidas.

Simultáneamente, el Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta de la Ciudad de Méjico llevó a cabo, frente al recinto señalado —pero mirando hacia el ayate de Nuestra Señora en la Nueva Basílica—, el acto de desagravio al que convocó por medios digitales y personales, consistente en el rezo del Santo Rosario, con los fieles que respondieron a la convocatoria.

Al finalizar el Santo Rosario un número considerable de peregrinos, en su mayoría procedentes de Oaxaca, se unió al grupo a gritar: «¡Viva Cristo Rey!» «¡Viva Nuestra Señora de Guadalupe!» «¡Muerte a la herejía!». Gritos que los presentes en el evento cosmopolita y democrático —así como el personal de seguridad desplegado para proteger a los clérigos de sus propios fieles— no pudieron sino escuchar con nerviosismo. Los involucrados en el ritual u oración «interreligioso» salieron del Templo Expiatorio sigilosamente, por puertas distintas a la principal.

 

Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta de Méjico.

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