Los pasados días 11 y 12 de mayo se ha celebrado en Civitella del Tronto el 54º Congreso Tradicionalista. El primero fue organizado por el Profesor Paolo Caucci en 1971, tras haber conocido al Profesor Francisco Elías de Tejada, como una suerte de «Montejurra napolitana». Desde entonces distintos dirigentes de la Comunión Tradicionalista, como José Arturo Márquez de Prado o Miguel Ayuso, han participado en él a lo largo de los años. En particular, monseñor Ignacio Barreiro fue su capellán durante años. Y el momento más significativo tuvo lugar en la edición de 2010, al cumplirse los ciento cincuenta años del asedio de la fortaleza borbónica por los piamonteses, marcando el fin del Reino de las Dos Sicilia. Pues fue presidido por S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón. Un año después, en 2011, se cumplieron cuarenta años del primero. En 2021, en el quincuagésimo, el Profesor Caucci cedió la presidencia efectiva del Comité organizador al Doctor Maurizio Di Giovine.
Este año el tema elegido ha sido «La legitimidad de ejercicio, principio fundamental del tradicionalismo hispánico». En el Salón de Plenos del Ayuntamiento comenzó a las cuatro de la tarde del día la parte intelectual del congreso. El Profesor Giovanni Turco hizo una introducción filosófica al tema de la Legitimidad. A continuación, el magistrado Edoardo Vitale, abordó históricamente la cuestión de la legitimación de los Reyes de Nápoles. En tercer lugar, Maurizio Di Giovine explicó el sentido de la Carta a los Españoles de la Princesa de Beira, documento fundamental para la elaboración de la doctrina tradicionalista de la legitimidad de ejercicio. Seguidamente, el Doctor Gianandrea de Antonellis presentó las novedades bibliográficas de la Comunión Tradicionalista de la Península Italiana, a saber, las relativas a las colecciones carlista, del Nápoles hispánico y de la edición de la obra completa del Príncipe de Canosa. Miguel Ayuso extrajo sintéticamente las conclusiones. Y una cena de hermandad, en la que se repartió un obsequio de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Nunziatella, puso fin a la jornada.
Al día siguiente, tras la misa celebrada según el rito tradicional, los asistentes subieron a la fortaleza española del siglo XVI, donde tuvo lugar la conmemoración del soldado napolitano.
Agencia FARO
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