Carta de Barcelona. Mayo de 2024

Colaboraciones catalanas en el periódico LA ESPERANZA durante el mes de mayo de 2024

BOLETÍN POLÍTICO

Las «elecciones» del 12 de mayo han drenado, a modo de línea divisoria de aguas, la actualidad política del Principado durante el mes de mayo en dos cuencas informativas bien diferenciadas, habiendo recibido los lectores de LA ESPERANZA puntual noticia de ellas.

Así, antes del día 12, en la vertiente preelectoral, Pere Pau ya nos advertía de que «en el manicomio parlamentario, todos son idólatras del mal que aflige a nuestra menguada sociedad y aún más enferma nación», al tratar sobre los verdugos del nacionalismo y los comicios catalanes.

Igualmente, Lo Mestre Titas encontraba una de las causas de la actual demolición catalana en la «construcción» nacional impulsada por Jordi Pujol a partir de 1980, que ha terminado por devorar al Principado. Así, parafraseando al mismo Pujol pero durante el tardofranquismo, en la actualidad «Cataluña es hoy un país intensamente trabajado por 44 años de nacionalismo catalán: una fuerza de descomposición fruto de la mediocridad de unas generaciones que ha desembocado en el procés soberanista de 2012-2022, situación política hostil la cual ha hundido Cataluña en un pozo de frustración y la ha condenado al principio de su destrucción».

Después del 12 de mayo, en la vertiente postelectoral, el Círculo barcelonés subraya el triunfo electoral, una vez más, de la abstención: en efecto, con el 42% del censo electoral, la abstención ha representado la primera opción de los catalanes en estas elecciones, a mucha distancia de la segunda, el Partido Socialista, que ha obtenido el 28% de los votos del censo. También se destaca que, por primera vez desde 1980, los independentistas / nacionalistas no han logrado mayoría en el Parlament. Y se augura un gobierno de izquierdas, encabezado por el socialista Salvador Illa, y alejado del «proceso soberanista» que desde 2012 ha protagonizado la actualidad política cual vodevil tragicómico.

Además, tras las «elecciones» del 12 de mayo, Lo Mestre Titas afirma que Junqueras y Puigdemont han alcanzado su fecha de caducidad, aunque ellos no lo hayan percibido aún. Si Junqueras y Puigdemont fueran lectores de LA ESPERANZA, tendrían conocimiento de ello.

CRÓNICA DEL PRINCIPADO

La actualidad política liberal actúa muchas veces como «pan y circo» para distraer la atención de los profundos movimientos de tierra que acontecen bajo nuestros pies, como por ejemplo la «Ley Trans» de 2023 y su aplicación actual. El antropólogo Artur J. Llinares, denuncia este troquelar los sexos y observa que la citada Ley «se propone que los propios individuos —ya no hay personas, recordemos con o sin llantos— se erijan en una autonomía praetersocial —que en realidad se pretende praetermundana— sin sujeciones ya: nada te turbe, solo la identidad basta. Ni psicólogos, ni médicos, ni padres».

La margarita Lina C. —que realiza un encomiable apostolado sobre la modestia femenina en Instagram, @ruah431— nos indica en esta ocasión que Tradición, valentía y modestia son inseparables: si en abril nos recordaba que la Santísima Virgen es el ejemplo de la modestia, este mes de mayo nos muestra que «también han sido ejemplo de todo aquello reinas santas, valientes y guerreras, como nuestra Isabel la Católica. Y las admirables Margaritas de la Tradición que, en tiempos de guerra y lucha por Dios y por España, dieron ejemplo de valentía y abnegación».

Tras las elecciones catalanas de mayo, sufriremos las europeas de junio. Josep de Losports observa la actual apostasía de Europa y denuncia la responsabilidad de los obispos en la misma quienes, como quinta columna de la Revolución, animan a los jóvenes a votar para defender el «proyecto europeo», proyecto que conduce a Europa a la apostasía, la islamización, la ideología de género y la ruina material y moral.

«La Europa actual ha apostatado de Cristo; convierte sus Iglesias en bares musicales y gimnasios; olvida el fin trascendente del hombre y el fin último de la sociedad; promueve sin control la inmigración islámica y su natalidad en Europa al tiempo que fomenta el aborto entre las mujeres europeas; arruina a los agricultores europeos; impone la ideología de género, la LGTBI y la feminista… En esta Europa postmoderna y anticristiana, los obispos europeos defienden públicamente ese «proyecto europeo» envilecido, satánico, y envenenan la mentalidad de los fieles para que lo acepten, lo defiendan y participen en ese sistema mediante la ficción de su voto».

SECCIÓN RELIGIOSA

Con ocasión del mes de mayo, mes de la Virgen María, mossèn Emmanuel Pujol recuerda la devoción a María en la defensa de la Cristiandad: cómo en el Corazón Inmaculado de María, el orden social cristiano es un medio para que la Iglesia realice su misión, y su pérdida y suplantación por un orden opuesto, un motivo de pena por las desgracias que seguido a ello los hombres tendrán que padecer.

«Paréceme oportuno recordar a los que han querido imponerse la épica tarea de restaurar el orden cristiano en las filas de la legitimidad, la devoción sencilla y sincera en la que está asegurada la victoria. No lo recordaré para caer en la falacia de los quietistas, que piensan que la oración debe suplantar a la acción, sino para volver la atención sobre los medios más eficaces, que están en la verdadera devoción, la cual es fundamento, acicate y guía para ordenar la acción a la realización de la Esperanza».

HISTORIA DEL CARLISMO

Francesc Sanchez Parés presenta la tercera entrega del Diario inédito de Agustí Prió i Carme, que esta vez aborda las batallas de Huesca y de Barbastro, en 1835 y 1837. Fueron batallas decisivas y heroicas, que se saldaron con sendas victorias carlistas. «Batallas en las que la sangre de los jefes se mezcla con la de sus soldados, son siempre heroicas. Las de Huesca y Barbastro, lo fueron».

Agustí Prió, farmacéutico de Áger (la Noguera) y combatiente carlista en las tres guerras del s. XIX, relató en un Diario inédito sus vivencias durante este periodo, que ahora ven la luz gracias a su descendiente y correligionario de nuestro Círculo.

Por otro lado, Pere Pau ha iniciado este mes de mayo una excepcional serie de artículos semanales sobre Salvador Dalí, la fe y la tradición, que ya va por su quinta entrega.

En el primer artículo, se narra la conversión de Salvador Dalí padre, notario de Figueras, quien toda su vida había sido «progresista y comecuras» y, llegada la vejez, al probar «los frutos amargos que sobre la propia vida, pero también sobre la sociedad, tienen las ideas demenciales de la modernidad, es la chispa que hace mudar el pensamiento en muchas ocasiones; siendo entonces cuando se ve claro y uno quiere o debe rectificar con prisas».

En la segunda entrega, se nos muestra cómo a partir de la conversión de su padre, se produce una reconciliación final entre padre e hijo, rezando juntos en la primera fila de la parroquia que les vio bautizar: «A partir de ahora veremos cómo, a pesar de las discrepancias que tuvieron padre e hijo a lo largo de su grasa biografía, estos dos acabaron por encontrarse juntos rechazando las ensoñaciones del progreso y de la modernidad para abrazar la Fe que en cierto modo habían dejado los dos de lado cuando perseguían fantasmagóricas ilusiones por los modernos centros de la excentricidad europea. Buscando durante toda una vida la libertad, el progreso y la universalidad; resulta que se encontraron los dos, ya estrujados por la vejez, de vuelta a la casilla de salida, sentándose en la primera fila de la parroquia que les vio bautizar, en su pequeña región, y hablando de la fe y de la tradición».

La tercera entrega se centra en el pintor universal quien, «tal parece que, encerrado dentro de los quebraderos de cabeza que le transmitió su padre librepensador, con su obra busca poner remedio a las inquietudes de la vida, trazando y recorriendo los contornos de su difunta madre católica».

Y se reproduce un episodio de la infancia de Dalí, que él explicaría en su diario años más tarde, y que son de utilidad para comentar la aproximación de Dalí a la tradición. En sus años escolares, un religioso de San Juan Baptista de la Salle le enseñó de muy pequeño la ley del pintar.

Dalí lo explica así en su diario:

«Acuarelábamos unos simples elementos geométricos previamente delineados con tiralíneas. El profesor nos lo dijo: Pintad aquello bien; y en general, consistía en no pasar de la línea. […] ¡No sobrepasar la línea! Tenéis aquí una norma de conducta donde puede empezar toda una probidad y toda una ética de la pintura.

»Siempre han existido dos tipos de pintores: aquellos que pasaron de la línea, y aquellos que, pacientemente, supieron llegar a su límite con respetuosidad. Los primeros, a causa de su impaciencia, han sido calificados de apasionados y geniales. Los segundos, a causa de su humilde paciencia, han sido calificados de fríos, y, únicamente, buenos artesanos».

Este episodio de su niñez, narrado por el mismo Dalí en su diario, se comenta profundamente en la cuarta entrega de esta serie de geniales artículos. En efecto, esta lección de pintura del religioso le acompañaría a Dalí toda su vida y le serviría para, años después, rechazar la revolución y a abrazar la tradición: «Queriendo ser “libres”, los pintores que rechazan la tradición, que la quieren derrumbar, según Dalí, se pierden porque, queriéndose pasar de la línea, no encuentran frontera y, sin restricción, no hay forma, no hay obra».

Pero la llegada a este puerto de la tradición será lenta y difícil. En su travesía, Dalí se sumerge en el movimiento surrealista, como indica la quinta entrega de esta serie de artículos, pero a pesar de la la evolución que hace Dalí dentro de los movimientos artísticos, queda la base sobre la cual él construirá su pensar sobre la tradición y toda su concepción artística y estética. «Dalí valora aquellos maestros que rehuyen de las ilusiones con que la modernidad quiere confundir y comprar la conciencia de los más pequeños y empieza en aquella temprana edad a desarrollar —nos atreveríamos a decir— una protodoctrina de la tradición; asentada entonces la base de la visión que, posteriormente, superada ya la ruptura de los surrealistas, se hará definitiva en su pensamiento y en su obra».

Círculo Tradicionalista Ramón Parés y Vilasau (Barcelona)

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