Según se puede evidenciar en las fotografías más recientes de la Sala Plena de la maldita Corte Constitucional, fue retirado de manera definitiva el crucifijo que presidía sus reuniones, antaño ubicado sobre la bandera tricolor. De acuerdo con un medio nacional, los miembros de la Corporación llegaron a ese arreglo durante las remodelaciones que tuvo el Palacio de Justicia en general y la sala en particular, con la venia de los togados sedicentemente católicos.
Lo que no lograron las múltiples acciones de tutela que invocaban el estado laico y la igualdad, lo alcanzaron el anticatolicismo y la debilidad de los magistrados. Termina, pues, la hipocresía de la Corte, que a la vez que sesionaba bajo la imagen de Nuestro Señor crucificado, avalaba perversiones como el aborto, la «eutanasia» y el mal llamado matrimonio homosexual. Pero ni así escaparán de los ojos atentos y vengadores del Justo Juez.
Agencia FARO, Colombia.
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