Se podrían traer a colación diversos testimonios documentales, esparcidos por la pluralidad de obras que conforman todo ese descomunal trabajo revisionista historiográfico de Suárez y su discipulado, que respaldan la descripción previamente esbozada. Nosotros nos limitaremos a uno solo, que no nos resistimos a reproducir por extenso dada su claridad y concisión al respecto. Se trata de un extracto de una de las múltiples Exposiciones que elevó al Rey Fernando VII el curiosísimo personaje Juan Manuel del Regato, agente secreto informador al servicio directo de Su Católica Majestad durante los años 1824-1831 en que permaneció en activo. Pedro Pegenaute Garde le consagró, en su tesis doctoral de Historia, un notabilísimo estudio biográfico, que fue publicado con el título Trayectoria y testimonio de José Manuel del Regato. Contribución al estudio de la España de Fernando VII, en 1978, dentro de la mencionada «Colección Histórica». A día de hoy sigue siendo la primordial –por no decir la única, en tanto que libre ya de la ignominiosa y oscura leyenda con que le habían estado embadurnando los historiadores y literatos liberales, particularmente Galdós y Baroja– fuente de segunda mano para los estudiosos acerca de dicho sujeto y de su obra. Evidentemente la fuente primaria fundamental la siguen constituyendo los numerosos papeles que sobre él se conservan en los Archivos de Palacio e Histórico Nacional. El propio Pegenaute, en su nota a pie de página nº 662, anunciaba que, «a falta de algún pequeño retoque, está lista para publicarse toda la producción escrita de Regato. Esperemos que las exigencias de las editoriales no impidan vea pronto la luz esta esclarecedora e importante fuente de primera mano». Por desgracia, parece ser que no se llevó a efecto este ambicioso y valioso proyecto editorial, y lo más probable es que Pegenaute lo abandonara definitivamente.
En todo caso, al menos conocemos un lugar en que sí llegó a estamparse por entero uno de esos escritos de Regato, y que además es de los que bien pueden catalogarse entre los más significativos que salieron de su pluma. Nos referimos a la Exposición al Rey, llamándole la atención sobre las hábiles maquinaciones de los partidos afrancesado y liberal para hacer triunfar en España el Gobierno representativo, que Federico Suárez tuvo a bien incorporar en el primer Volumen de Los agraviados de Cataluña (1972). En esta Exposición, fechada el 10 de Enero de 1827 (y de la que ya citamos en su día algunos pasajes en el artículo titulado «Una “falsa bandera” para tumbar el régimen: el Manifiesto de la Federación de Realistas Puros»), Regato presentaba su enésima denuncia al Rey contra aquella facción afrancesado-moderada –rival, repetimos, de los íntegros católico-realistas en el control de las instituciones de la Monarquía Católica–, que cada vez venía aumentando más su influjo venenoso, y a la que él solía referirse con el despectivo mote de «la Pandilla» o «la Clica». Pasamos a continuación a copiar el núcleo central de ese Informe, juzgando superfluo adjuntar comentario alguno:
«Hay en España un partido que trabaja con tesón y destreza para el establecimiento de un Gobierno representativo con Cámaras, y a su frente se hallan los masones afrancesados en la causa de Napoleón. Este partido ha dirigido y dirige sus operaciones sobre dos bases principales, a saber: la de formar en Europa una opinión favorable a sus intentos, y la de hacer ver a V. M. que no hay otro camino para la seguridad del Trono y conservación de Vuestra Augusta Dinastía que el de conformarse con dichas alteraciones.
A la primera base pertenecen los trabajos siguientes: 1.º, la Representación que hizo Cambronero y, firmada por algunos Grandes, se entregó el año 23 al Sermo. Sr. Duque de Angulema, hoy Delfín de Francia; 2.º, la ida de Burgos y Miñano a París; 3.º, la obra que, con título de Historia de la revolución de España de 1820 a 1823 escrita por un testigo ocular, publicó Miñano en francés; 4.º, los muchos folletos publicados en Francia contra el Gobierno y aun contra la persona de V. M., y particularmente la puntualidad con que en los periódicos de aquel país se censura con acritud las medidas adoptadas por V. M. en favor del partido [sic] realista; y últimamente, la frecuente comunicación de los afrancesados con agentes de Gobiernos extranjeros, ya dentro ya fuera de España.
En conformidad de la segunda base trataron: 1.º de apoderarse del ánimo del señor Grijalba, y, logrado esto y por su influjo, se apoderaron de la dirección de los negocios públicos en todos los Ministerios; 2.º colocaron en destinos de influencia, y particularmente en la Policía, el mayor número de sus afectos que pudieron; 3.º trataron de hacer sospechosos a V. M. no sólo sus más decididos vasallos, sino Vuestro Augusto Hermano, valiéndose al intento de la maligna invención del «partido carlista»; 4.º indujeron al Gobierno de V. M. a tomar medidas contra varios realistas para disminuir así los defensores del Trono absoluto; 5.º se toleraron los trabajos de otras sociedades secretas para aumentar con ellos los elementos de descrédito de la Monarquía absoluta y los clamores de reformas representativas; 6.º se descuidó la organización de la Hacienda, del Ejército y de la administración de justicia, con el fin de mantener el desorden, aumentar el número de los descontentos, y probar así que, para remediar tantos males, no había más camino que el de las Cámaras; 7.º se dio lugar con tanto descuido a que los ingleses, en sus graves apuros, pensasen en regalarnos los desastres de una nueva revolución como medio de llevar a cabo sus miras políticas contra la tranquilidad de la Europa y prosperidad de la Francia; y, por último, consecuencia del mencionado plan, es el aspecto político que tienen hoy los negocios del Gabinete español dentro y fuera del Reino».
Félix M.ª Martín Antoniano
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