Éxito en el debut de La Esperanza

Las visitas al diario digital sobrepasan las expectativas de lanzamiento, con cerca de 20.000 visitas. La mitad de los usuarios de la página son habituales. Gran parte de la participación web es hispanoamericana: cerca del 30% del ranking de visitas procede de América. La Esperanza cosecha la difusión de contenidos por sus vías orgánicas: logra alcanzar a unos 80.000 usuarios en sus redes sociales y más de 5.000 visitas en sus perfiles, con cientos de seguidores y suscriptores por correo.

La mayor parte de los visitantes de la página de La Esperanza llegan a través de redes sociales. El enlace principal es Twitter, seguido de cerca por Facebook, redes donde La Esperanza aloja una cuenta oficial. Pese a contar con apenas cincuenta publicaciones en estos medios, cada publicación ha podido conseguir hasta las 4.000 impresiones. Durante la última semana, se ha incrementado el alcance hasta un 200% y la interacción ha llegado a un nivel de más de un 300%.

«Los recursos materiales del periódico son humildes, por lo que los resultados son además de admirables, meritorios. Hay mucho trabajo detrás». Afirma Fernando Arias, responsable de la difusión por redes.

«Las visitas proceden en primer lugar de España, luego de Méjico, Argentina, Colombia, Paraguay y Chile, seguidos de cerca por Perú, Brasil y Panamá», detalla Íñigo Dorronsorro, responsable de Edición y de la gestión web. «¡Y es una sorpresa la notable participación desde los EE. UU.! Probablemente a cuenta de inmigrantes hispanoamericanos».

Desde la línea editorial, se insiste en que ésta es una labor de apostolado. El fin de La Esperanza es la restauración de la Fe católica y de la Monarquía. Atentos a la constancia y la calidad de las noticias, reportajes y artículos, aseguran en que se está avanzando en la dirección correcta. Los responsables de comunicación interna añaden a esto: «Éste es un proyecto hispánico de envergadura. Los resultados son fruto del desvelo del Consejo de Redacción, pero sobre todo de todos los Círculos y colaboradores que contribuyen al periódico», indica Miguel Quesada. «La entrega de quienes escriben es obra de caridad y de piedad, por eso siembran un servicio a Dios y a España con un periódico honrado y profesional», concluye Ana Herrero.

FARO